Los mayores de 16 años pueden vacunarse en Florida desde este viernes sin prueba de residencia, anunciaron autoridades de salud, lo que abre la vía a la inmunización de personas indocumentadas y, en los hechos, facilita el “turismo de vacunas” en este estado de Estados Unidos.
En enero, en respuesta al arribo de turistas ávidos por inmunizarse cuando las vacunas contra el COVID-19 aún eran escasas, Florida impuso la prueba de residencia como requisito para recibir la inyección.
La medida afectó a los trabajadores indocumentados, que muchas veces no tienen licencia de conducir, contratos o facturas a su nombre, por lo que legisladores y activistas han estado pidiendo al gobernador Ron DeSantis que eliminara este obstáculo.
Ahora que más de seis millones de personas se vacunaron en Florida y la demanda es mucho menor, el Departamento de Salud revirtió su decisión de enero.
La vacuna estará disponible para todo “el que sea residente o esté presente en Florida con el propósito de ofrecer bienes o servicios a beneficio de los residentes y visitantes del estado”, indicó la noche del jueves el Departamento de Salud de Florida.
Esto permitirá a las personas sin papeles acceder a la vacuna con solo indicar, verbalmente, que viven en el estado o que proveen un servicio aquí.
La alcaldesa demócrata de Miami-Dade, Daniella Levine-Cava, celebró el viernes este cambio de rumbo.
“Es una victoria para todos los que llamamos hogar a nuestra comunidad”, escribió en Twitter.
En los hechos, la decisión también facilitará el llamado “turismo de vacunas” que los obstáculos impuestos en enero pretendían contener.
Pero “los beneficios de abrir la vacunación para los floridanos indocumentados son mucho mayores a [la necesidad] de limitarla para evitar a los turistas”, dijo Guadalupe de la Cruz, de la ONG de justicia social American Friends Service Committee de Florida.
“Es lo mínimo que Florida puede hacer para incluir y proteger el bienestar de los miembros de su comunidad”, dijo a la AFP.
Antiguas restricciones
Las anteriores restricciones no impedían a los turistas venir a Florida a vacunarse. Desde enero, latinoamericanos adinerados habían estado circunvalando creativamente el requisito de residencia.
Lo hacían mostrando cuentas bancarias con una dirección en Estados Unidos o contratos de alquiler temporarios, de Airbnb por ejemplo, que eran luego cancelados.
Por ejemplo María, una diseñadora de interiores argentina que vino a vacunarse el fin de semana pasado a Miami, contó a la AFP que hizo el viaje porque en su país “no hay ni miras de vacunas” para la gente de su edad, 46 años.
“Yo tenía este contrato temporario por seis meses con mi nombre, nada muy formal, el chico [en el centro de vacunación] lo miró y constató que mi nombre coincidiera con el de mi pasaporte y eso fue todo”, contó, pidiendo no ser identificada con su apellido.
Ahora, sin necesidad de mostrar documentos de residencia, “va a ser mucho más fácil”, dijo María este viernes, añadiendo que sabía de “un montón” de personas en Argentina que estaban tomando la misma decisión que ella.
“Mucha gente está viajando a Miami para hacerlo. Ahora calculo que irán más, aunque los pasajes están bastante caros”, prosiguió la mujer, ya de regreso en Buenos Aires con una sola dosis de Pfizer.
El viernes de la semana pasada, el alcalde de North Miami Beach, Anthony DeFillipo, dijo que su ciudad ha vacunado a numerosos turistas con solo presentar la dirección del hotel o de su consulado.
“Sí pueden venir aquí a North Miami Beach, tenemos una gran población de gente internacional que ha podido venir con sus pasaportes y una dirección aquí local”, dijo DeFillipo en un Facebook Live con entrevistadores en Colombia.
Su aparente invitación a todos los latinoamericanos a viajar a vacunarse se difundió con entusiasmo en medios de la región y, el lunes, la ciudad debió desdecirse “por el malentendido”, según informó el diario local Miami Herald.
Vía El Comercio