En los últimos meses, Ucrania ha llevado a cabo una serie de ataques con drones contra refinerías y otras instalaciones petroleras en Rusia. Estos ataques no solo buscan debilitar la economía de guerra rusa, sino también interrumpir el suministro de combustible al ejército ruso, que es crucial para sus operaciones en Ucrania.
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A pesar de las preocupaciones expresadas por Estados Unidos sobre posibles represalias y el impacto en el mercado petrolero internacional, Kiev ha seguido adelante con esta estrategia.
Las autoridades rusas informaron que el martes pasado, un ataque con drones ucranianos provocó un incendio en una refinería de petróleo en Azov, en la región de Rostov. Esta operación ha sido reconocida por Ucrania, marcando otro éxito en su campaña de «sanciones con drones».
¿Cuál fue la respuesta inmediata de las autoridades rusas?
El gobernador de la región de Rostov, Vasili Golubev, informó a través de Telegram que los depósitos de petróleo en Azov se incendiaron como resultado del ataque con drones. Afortunadamente, no hubo víctimas, según las informaciones preliminares. La respuesta al incendio fue rápida y masiva, con 208 bomberos, 39 vehículos y un tren de bomberos movilizados para controlar las llamas.
Este incidente es solo uno de los muchos que han tenido lugar en los últimos meses, con más de 20 ataques exitosos reivindicados por Ucrania contra instalaciones petroleras rusas en diversas regiones.
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¿Qué dicen las fuentes ucranianas sobre estos ataques?
Una fuente ucraniana en el seno de la Defensa se mostró satisfecha con el éxito del ataque en Azov, afirmando que se habían producido fuertes incendios en las instalaciones petroleras. La fuente, que prefirió permanecer en el anonimato, declaró que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) continuará llevando a cabo estas «sanciones con drones» contra el sector petrolero ruso.
El objetivo es reducir significativamente el potencial económico de Rusia y obstaculizar su capacidad para sostener el esfuerzo bélico. Estos ataques reflejan una estrategia calculada para utilizar la tecnología y los recursos disponibles de manera efectiva contra objetivos clave.
¿Cómo reaccionan los Estados Unidos y la comunidad internacional?
Estados Unidos ha expresado su disconformidad con estos ataques, temiendo represalias rusas que podrían desestabilizar el mercado petrolero internacional. La preocupación es que la escalada de ataques pueda llevar a una mayor inestabilidad en la región y afectar los precios del petróleo a nivel global.
Sin embargo, Ucrania parece decidida a continuar con su estrategia, viendo estos ataques como una forma efectiva de debilitar a su adversario. La comunidad internacional observa con cautela, reconociendo tanto los riesgos como las posibles ventajas estratégicas de estas operaciones.
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¿Qué implica esta estrategia para el futuro del conflicto?
La utilización de drones para atacar infraestructuras petroleras rusas representa una evolución en las tácticas de guerra modernas, donde la tecnología juega un papel crucial. Estos ataques no solo afectan la capacidad económica y logística de Rusia, sino que también envían un mensaje sobre la resiliencia y la determinación de Ucrania.
A medida que el conflicto continúa, es probable que veamos más innovaciones y adaptaciones en las estrategias utilizadas por ambos lados. La pregunta que surge es si estos ataques podrán inclinar la balanza del conflicto a favor de Ucrania, o si provocarán una escalada que podría tener consecuencias imprevistas para la región y el mundo.