El gobierno italiano ha decretado este martes el estado de emergencia para los próximos seis meses, debido a la llegada masiva de migrantes en los últimos días.
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Para ese decreto, habrá una financiación de cinco millones de euros para hacer frente al excepcional flujo de migrantes por las rutas de Mediterráneo, que en los últimos días ha llegado a 1.000 personas diarias.
La medida la propuso el ministro de Protección Civil y Políticas Marítimas, Nelle Musumeci, con el beneplácito del ministro del Interior, Matteo Piantedosi, y el vicepresidente del consejo de Ministros, Matteo Salvini. Precisamente él lleva varios días calentando motores, ante las llegadas masivas de indocumentados en pateras, asegurando que Italia es “incapaz” de gestionar mil llegadas diarias, siendo imperativo que Europa despierte e intervenga.
Europa lleva años dando doctrina, pero no ha movido ni un dedo, y ha llegado al momento de demostrar que existe una comunidad, una Unión y que esta unión es solidaria y no solo responsabilidad de Italia, España, Grecia o Malta. Mil llegadas diarias, dice Salvini, son incapaces de gestionar si apoyo económico, social y cultural.
El Gobierno que preside la ultraderechista Giorgia Meloni, estudia medidas para endurecer la legislación actual, porque es un problema que no va a desaparecer durante al menos diez años y pone en peligro las estructuras del estado.
¿Qué supone la medida?
Entre las primeras que contemplan Meloni y su equipo sobresale el aumento de estructuras habilitadas para la repatriación de migrantes que no tengan derecho a permanecer en Italia, conocidas como CPR por sus siglas en italiano.
Además, se recoge la reducción de plazos en los procesos de acogida y expulsión de migrantes, agilizando su identificación para actuar en menor tiempo, así como se dotará de más fondos a las autoridades para controlar las entradas al país.
También, “derogar algunas normas del ordenamiento vigente”, como ha añadido el ministro Musumeci. Al respecto de su extensión nacional, ha asegurado que “necesitamos ayudar a las regiones porque existe el riesgo de enviar el sistema al colapso si continúa este ritmo de llegadas” llamando de nuevo a Europa para que “se dé cuenta de que no hay mucho tiempo”.