Rusia expresó su enérgica protesta ante la embajadora de Estados Unidos, Lynn Trace, por el uso de misiles ATACMS con bombas de racimo en el reciente ataque perpetrado por Ucrania contra el puerto de Sebastopol en Crimea, un incidente que resultó en la trágica muerte de cuatro civiles.
El Ministerio de Exteriores ruso emitió un comunicado en el que responsabilizó tanto a Estados Unidos como al gobierno de Kiev por lo que describió como un «acto malvado». Según la declaración oficial, Estados Unidos es señalado por haber contribuido al conflicto mediante el suministro de armamento avanzado al Ejército ucraniano, incluyendo los mencionados misiles ATACMS empleados en el ataque contra Sebastopol.
Rusia enfatizó que la elección de objetivos y la planificación de las misiones de vuelo de estos misiles fueron llevadas a cabo por especialistas militares estadounidenses, lo cual refuerza su argumento de que Washington está involucrado directamente en el conflicto ucraniano.
Durante la reunión con la embajadora estadounidense, la Cancillería rusa dejó claro que las acciones de Estados Unidos tienen como objetivo alentar a Ucrania a continuar sus operaciones militares, incluso permitiendo ataques contra territorio ruso. En respuesta a estas provocaciones, Rusia advirtió que tomará medidas sin demora para asegurar que estas acciones no queden impunes.
Contexto y autorización estadounidense
A finales de mayo, el gobierno de Joe Biden autorizó a Ucrania a llevar a cabo ataques contra objetivos en territorio ruso, pero únicamente si estos estaban localizados cerca de la zona fronteriza rusa y eran de naturaleza militar, como fue el caso en Járkov. Sin embargo, esta autorización no incluía el uso de misiles de largo alcance como los ATACMS, según confirmó un funcionario estadounidense a la agencia EFE.
El incidente en Sebastopol provocó una grave escalada en las tensiones entre Rusia y Ucrania, además de generar repercusiones internacionales significativas. El gobernador de Sebastopol, Mijaíl Razvozháev, informó sobre el trágico saldo humano, confirmando la muerte de cuatro personas, incluidos dos menores, y más de 150 heridos que necesitaron atención médica urgente.
La ciudad de Sebastopol y la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014 tras un polémico referéndum, declararon día de luto oficial. Se cancelaron todas las actividades culturales, deportivas y recreativas, mientras que las banderas rusas ondearon a media asta en todas las instituciones estatales como señal de duelo nacional.
El impacto de este incidente no solo se limita a las víctimas y la respuesta inmediata de Rusia, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones internacionales en la región y la capacidad de las potencias mundiales para contener y resolver conflictos que podrían desencadenar consecuencias más amplias y peligrosas para la paz global.
