La Universidad de Texas en Estados Unidos señala que el gigante asiático podría haber tenido varios miles de infectados más de los que anunciaba.
Más de medio año después de que en el mundo se declarara la pandemia global provocada por el Covid-19, China ha vuelto a colocarse en el centro de todas las miradas después de que un estudio haya puesto en duda la transparencia en los datos que daba el gigante asiático en enero. Cuando el coronavirus aún era un asunto exclusivamente chino, las autoridades del país indicaban cifras de contagios muy inferiores a las que ha catalogado ahora una investigación de la Universidad de Texas, en Estados Unidos.
Según el estudio, publicado en la revista EClinicalMedicine, mientras China reportaba en enero unos 400 casos en Wuhan, la realidad es que en esas fechas ya podía haber unos 12.000 contagios no detectados por asintomáticos. Una cifra sensiblemente superior a lo que el gigante asiático estaba anunciando a principios de año. No obstante, los números se han logrado tras extrapolar las cifras de contagios y de las muestras tomadas a pacientes con síntomas compatibles en Wuhan y Seattle (EEUU).
La investigación indica que el primer caso de Covid-19 pudo haberse originado entre octubre y diciembre del año pasado y que a Estados Unidos habría llegado ya entre esas mismas fechas y enero. Además, según los investigadores, «la propagación de la Covid-19 en Wuhan y Seattle fue mucho más extensa de lo que se informó inicialmente». Y no descartan que el virus hubiese estado meses antes del cierre de Wuhan.
Según las cifras que manejan, cuando China anunciaba que había algo más de 400 casos, la realidad es que podían ser entre 12.000 y 22.000 los ciudadanos infectados mayores de 30 años y con síntomas compatibles.