El Colegio San Ignacio de Loyola que fue fundado en Piura por los jesuitas hace 65 años atrás, se ha caracterizado a lo largo de su historia por formar personas líderes que destacan no sólo en el aspecto académico sino, sobre todo, en su modo de vivir para los demás. De ahí que el lema que los ha identificado desde siempre es “hombres para los demás” y aunque este lema se ha renovado por “hombres y mujeres para los demás” con el ingreso de la primera promoción con niñas en sus aulas en este 2023, la esencia de la frase sigue siendo la misma: el servicio a los demás.
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El Mgtr. Iván Zapata Jiménez, director del Colegio San Ignacio de Loyola de Piura nos cuenta en esta entrevista el secreto para formar personas líderes desde el desarrollo de cuatro cualidades que identifica a los estudiantes ignacianos como agentes de cambio para la sociedad.
¿Cómo logran inculcar la vocación del servicio?
Para responder tu pregunta me voy a basar en el eje temático de formación humana de la educación jesuita que no es otra cosa que la búsqueda de la Excelencia Humana y a un escrito del P. Luis Ugalde SJ, un teólogo e historiador jesuita nacido en España que decía que el objetivo de la educación ignaciana es formar personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas. Cuatro cualidades que se complementan y que juntas constituyen lo que entendemos por una educación de calidad.
En el colegio San Ignacio, así como en todos los colegios jesuitas del mundo, estas 4cs (como las llamamos en el lenguaje ignaciano), se inculcan desde edades tempranas, en el nivel inicial, a través de la realización de experiencias de autoconocimiento, de servicio y de cuidado del mundo en que vivimos. Estos cuatro calificativos expresan la “excelencia humana” que la Compañía de Jesús quiere para los niños, niñas y jóvenes que nos confía la sociedad.
¿Podría explicar el significado de cada una de las 4cs?
Por supuesto. Las personas CONSCIENTES son aquellas que aman la propia realización y la de otros. Que entienden que los demás no son objetos suyos, sino personas igualmente llamadas a realizarse en un “nos-otros” que los incluye.
Ser COMPETENTE significa no defraudar a otros que buscan los buenos servicios de esa competencia. Cuando decimos que un médico, un abogado, un ingeniero, un electricista o un maestro son competentes, decimos que nos podemos fiar de su capacidad profesional y que es capaz de dar el servicio de calidad que se espera de él. En educación tratamos que al término de cada etapa, la persona haya adquirido las competencias que son razonables y deseables para esa etapa.
Una persona muy competente puede usar sus habilidades y profesionalidad para construir o destruir, para explotar o servir, para actuar con verdad o falsedad. Por eso no basta formar personas competentes, sino que se requieren las otras 3 Cs para que la formación sea de calidad.
Ser COMPASIVOS significa que tenemos sensibilidad para ver y responder a las necesidades del otro.
Finalmente, ser COMPROMETIDOS es sentirnos llamados a dar soluciones a los problemas que aquejan en nuestro tiempo. El comprometido busca con creatividad nuevas posibilidades para todos.
¿Cómo fomentan el desarrollo de estas cualidades en sus estudiantes?
Como te mencionaba, el desarrollo de las 4cs debe realizarse de manera complementaria. Primero, ofrecemos a nuestros estudiantes una enseñanza de calidad: la competencia, en la que, acompañados de excelentes profesionales, ellos mismos pueden desarrollar sus aprendizajes. ¿Cómo? A través de experiencias significativas. Para ello realizamos proyectos interdisciplinarios que permiten el aprendizaje desde distintas áreas académicas como las ciencias, las letras, el arte, los idiomas y las humanidades. Buscamos que al término de cada grado y cada nivel hayan adquirido las competencias necesarias para seguir creciendo y aprendiendo.
Luego, para lograr formar personas conscientes, compasivas y comprometidas, tenemos una variedad de experiencias que preparan el corazón y la espiritualidad de nuestros estudiantes para estar dispuestos al servicio.
Por ejemplo, tenemos la campaña “Vengan esos 5” en la que los niños y las niñas de inicial, los de primaria y secundaria participan en la recolección de fondos para ayudar a las familias más vulnerables de alguna zona de nuestro país. En este proyecto, ellos conocen la realidad en la que vivan las familias que serán beneficiadas, aprenden de su quehacer diario, de su cultura y de sus costumbres haciéndose conscientes de sus necesidades y de lo que se podría mejorar para vivir en mejores condiciones. De esa experiencia nacen campañas de venta de plantas que ellos mismos siembran, de bolsas ecológicas que elaboran en clases, de adornos para el hogar hechos con material de reciclaje que también ponen a la venta o campañas de recolección de víveres en las que se involucra también la participación de las familias.
En esa misma dinámica, nuestros estudiantes mayores visitan algunos centros poblados en los que desarrollan algún proyecto en beneficio de sus pobladores, compartiendo con ellos algunos días de trabajo y promoción social. Destacan en esta experiencia, las visitas a los caseríos San Rafael, Malingas o el apoyo en las ludotecas de CANAT. Son experiencias que cambian su manera de ver la vida.
Además, realizamos cursos, talleres y coloquios de liderazgo ignaciano en Piura y en Lima, junto con otros colegios jesuitas donde les ofrecemos, desde la espiritualidad ignaciana, una visión particular del mundo, del prójimo y de Dios, brindándoles elementos de autoconocimiento, liderazgo, conocimiento de la realidad y compromiso social.
¿Estas experiencias también se realizan con los niños de inicial?
Los más pequeños viven la espiritualidad ignaciana en la Pastoral Infantil: un espacio en el que a través del juego viven el encuentro personal y comunitario con Cristo. Además también tienen experiencias de solidaridad en las que primero conocen la realidad que viven otros niños de su edad, se sensibilizan y nace en ellos el deseo de ayudarles.
En algunas oportunidades, con los niños de inicial hemos vivido la experiencia de las loncheras compartidas: Nuestros niños visitan a sus compañeros de los colegios Fe y Alegría y participan con ellos de una jornada y del compartir de sus loncheras y materiales.
¿Por qué se dice “liderazgo ignaciano”?
Porque nuestros estudiantes se forman como líderes desde la forma de vivir la fe de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, quien expresaba su amor hacia a Dios a través del servicio a los demás y realizaba el ejercicio del discernimiento para medir el impacto de sus decisiones y acciones en su vida y en la vida de los otros buscando siempre el bien común y la mayor gloria de Dios.
El discernimiento ignaciano es un método para aprender de nuestras experiencias y crecer en libertad para vivir presentes, atentos y conscientes. Y eso es algo que todos nuestros estudiantes van practicando a lo largo de su vida escolar y luego en su vida universitaria, profesional y familiar. Es el sello de nuestra educación.
¿Cómo podrían los jóvenes de hoy convertirse en líderes al modo ignaciano?
Uno de nuestros exalumnos, Carlo Andreé Cardoza Ramírez SJ, tuvo esta reflexión luego de participar en un Curso Taller: “Todo líder, según Ignacio, debe ser capaz de poseer cuatro rasgos fundamentales. Primero, debe conocerse a sí mismo, pues en conocer las fortalezas y debilidades personales reside la sabiduría, y esto permite algo aún más importante, la libertad (indiferencia ignaciana). Segundo, debe ser capaz de construir un cuerpo con los demás. El líder ignaciano sabe que por sí mismo no logrará todo lo que se propone y que, por lo tanto, las virtudes de los demás siempre serán un buen aporte. Tercero, está llamado a establecer una visión en todos sus proyectos, una visión atractiva e inspirada en la búsqueda de un mundo más fraterno y más justo (fe y justicia). Y, por último, sabe discernir con los demás, siendo capaz de escuchar en el exterior a los demás y en su interior a la voz del Espíritu mediante la oración”.
¿En las niñas, cómo se está logrando este proceso?
En marzo de este año recibimos a nuestras primeras estudiantes en 3 años del nivel inicial. Fue un hecho histórico para nuestro colegio, ya que por 64 años habíamos ofrecido el servicio educativo sólo a varones. Pero en la búsqueda de la construcción de un mundo más justo y solidario para todos, nos faltaba abrir nuestras puertas a la coeducación para formar también a niñas desde la espiritualidad y la educación jesuita.
Las niñas tienen un liderazgo nato como lo tienen las mujeres en la sociedad de hoy en día. Con mucha alegría vemos que la convivencia de nuestros niños y nuestras niñas fluye con mucha naturalidad, entre sus compañeros de aula y con los otros grados de inicial. Practicamos con ellos muchas situaciones de solidaridad, colaboración, equidad, respeto y cuidado del otro.
¿En el 2024 recibirán niñas sólo en inicial de 3 años?
No. El próximo año recibiremos a niñas y niños en inicial de 3 y 4 años. La oferta de la coeducación avanzará cada año conforme vaya avanzando la primera promoción coeducativa.
Ahora mismo nos encontramos en proceso de Admisión para el 2024. Las inscripciones se cierran el viernes 18 de agosto. La información sobre los pasos a seguir, las vacantes disponibles, los costos y documentos que se deben presentar para postular a una vacante la pueden revisar en nuestra página web www.csil.edu.pe.
Finalmente quiero aprovechar para agradecer a todas las familias que apuestan por la educación jesuita. Además, saludar a nuestros egresados quienes siguen siendo testimonio de servicio en los distintos campos profesionales en los que se desenvuelven.
Decía el padre Luis Ugalde SJ: “Los conscientes, competentes, compasivos y comprometidos potencian su profesión con su espiritualidad y su espiritualidad se potencia con la competencia profesional y capacidad de transformar y construir un mundo más humano”.
Sobre el Colegio San Ignacio de Loyola
Conoce cómo es el colegio San Ignacio de Loyola: https://youtu.be/-FXwJdSEmX8
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