Las condiciones que viene presentando este evento El Niño son similares a las de 1925, año en el que se presentaron El Niño costero y El Niño global juntos, pero ahora se suma el calentamiento global, por lo cual la incertidumbre continúa, advierte el oceanógrafo y profesor principal de la Universidad Nacional de Ingeniería, Antonio Salvá.
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Mientras la Comisión Multisectorial Encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) sostiene que las probabilidades para la ocurrencia de un Niño fuerte son de 35 %, y para un moderado de 51%, investigadores como Salvá consideran que el evento que se anuncia es impredecible, por lo que pasa en otras partes del planeta. Lo esperado, y de acuerdo a los diferentes modelos, tanto de Australia como de Estados Unidos, es un evento fuerte porque el mar está muy caliente. “En los años 1925-1926, primero hubo un Niño costero, luego uno global. En ese año fue muy fuerte por la secuencia”, dice.
En este sentido, Jorge Carranza, jefe del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), sostiene que, pese al ligero enfriamiento del agua del mar en la zona costera, los pronósticos para la ocurrencia de El Niño, desde la perspectiva de la zona ecuatorial y costera (Niño global y Niño costero) para el periodo diciembre-marzo, serían de moderada a fuerte intensidad (superando incluso el 80% en ambos escenarios).
El Niño costero: temperatura del mar
En cuanto a la disminución de la temperatura superficial del agua del mar, Salvá explica que esto se debe a los vientos alisios que se han incrementado, pero ello es una cuestión momentánea. “Eso no quiere decir que ya El Niño desapareció”, avisa: el enfriamiento es superficial porque la masa de agua cálida se mantiene solo que un poco más profunda.
Igualmente, explicó que en la primera quincena de octubre va a llegar una onda Kelvin que, probablemente, va a calentar más el agua del mar, teniendo en cuenta, además, que con la primavera las condiciones cambian; es decir, el mar se empieza a calentar más y el máximo se va a dar en el verano. “Los escenarios son de un Niño fuerte porque lo que pesa es El Niño global”.
Del mismo modo, destaca que la zona del Atlántico Norte está muy caliente y desde esa zona llega humedad a Sudamérica. “Aquí hay un efecto del calentamiento global que no lo teníamos en niños anteriores. Hay que ver lo que ha hecho en el hemisferio norte y ahora le toca al hemisferio sur. Todos estamos preocupados porque el impacto de El Niño global es en todo el planeta. Ningún científico puede decir qué va a pasar porque los modelos no están diseñados con este componente”.