Si el 2021 fue un año complicado por el alza constante del precio de los alimentos, este 2022 el impacto podría ser mayor en los bolsillos.
De acuerdo a cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la inflación del año pasado fue 6%. Para el economista y docente de la UDEP, Juan José Marthans, este 2022, la inflación variará entre 5% y 9%, en el peor escenario internacional.
Un primer indicio de lo que nos espera ya se vive con el alza del azúcar y los huevos en el Complejo de Mercados de Piura.
El azúcar cuesta S/4.00 el kilo (bolsa de 50 kg a S/195.00). La jaba de 360 huevos llegó a S/145.00 (jaba de 30 unidades a S/13.00).
En noviembre del 2021, la bolsa de azúcar costaba S/124.00, mientras que la jaba de 30 unidades de huevos estaba en S/10.00.
“Yo no creo que hacia el cierre del año vayamos a cumplir con la meta de inflación establecida por el BCR que está entre 1% y 3%. En las actuales condiciones, podría bordear entre el 5% y 9% en un escenario pesimista. Creo que tenemos que prepararnos para este escenario”, dijo Marthans.
El experto deja en claro que esta cifra es un promedio general, porque el valor se agudiza en los alimentos.
“Más cruenta va a ser la inflación en el segmento de alimentos asociados a la canasta básica. Eso significa que el más pobre es el que va a vivir una inflación mayor a la que publica el INEI en su estadística”, anotó.
Sostiene que este panorama poco optimista dependerá de la intensidad y duración del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
“Estas dos economías son importantes en lo que significa la cadena de provisión de productos alimenticios básicos como son trigo y maíz. Si se acentúa la intensidad, vamos a acercarnos al escenario pesimista”, expuso Marthans.
Por el momento, la armada rusa bloquea entre 200 a 300 barcos cargados de cereales procedentes de Ucrania, que se le califica como el granero del mundo. Rusia produce cerca de 80 millones de toneladas de trigo al año y exporta cerca de 30 millones, mientras que Ucrania exporta entre 20 y 25 millones.
Factores
Para Marthans, junto a la guerra también existen otros factores para la dinámica inflacionaria global.
“En un primer momento, hubo problema en la cadena de suministros que a su vez estuvo vinculado al impacto de la pandemia […] Ahora ya no es solo esto, sino que hay limitaciones en la posibilidad de comercializar estos productos [maíz, trigo y cebada] dadas las prohibiciones de comercio con Rusia”, expuso.
A esto se agrega el alza importante en el precio del gas y el petróleo.
“Esto se traslada transversalmente a lo que es la estructura de precios de bienes y alimentos importados”, sostuvo.
Subvenciones
Ante el problema, el economista plantea que el Ejecutivo brinde asistencia con subsidio focalizado.
“En el ministerio de Desarrollo e Inclusión Social se tiene que poner a un experto de primer nivel para que ejecute un proceso de subvención focalizado en los segmentos de población más necesitada. Acá no vale la reducción del impuesto selectivo al consumo, porque este beneficia al que tiene y a quien no”, afirmó.
A fin de año
De otro lado, en el país no se están generando las condiciones para incrementar el empleo ni los ingresos, ante el avance de la inflación.
“El crecimiento de la economía en el 2022 estará entre el 2 a 3%, lo cual es bajo. La recuperación del empleo y de los ingresos de los trabajadores hasta los niveles de prepandemia, posiblemente se alcance hacia finales del año. Si tú no vendes más, ¿por qué vas a contratar más trabajadores?”, afirma el economista, Jorge Gonzalez Izquierdo.
Crecimiento
Sobre el alza de precios, el economista dice que solo queda resistir, porque un intervencionismo del Estado en los precios, solo agravaría las cosas.
“La única receta es bajar la inflación a la brevedad y eso es trabajo del BCR. Para ello ya subió la tasa de interés al 4%. Además, está subiendo los encajes bancarios en soles.. Si hay menos crédito, eso enfría a la economía”, anotó.
Desde su punto de vista, la clase media baja y los sectores de menores ingresos, son los que más sufrirán.
“Sufren un mayor impacto porque los sectores de menores ingresos gastan más en comida y además porque es bien difícil que les suban el sueldo”, comentó.
Marthans puntualiza que la inestabilidad política poco ayuda a paliar la inflación, ya que no hay confianza de la inversión privada.
“La dinámica de la inversión privada se está extinguiendo y eso significa que la capacidad de crecimiento del país se pone en tela de juicio hasta el 2026. Mientras el gobierno no regenere la confianza del empresariado, esto no pinta bien”, aseveró.
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