Conocida la decisión de los piuranos, solo queda felicitar al nuevo gobernador, quien a partir del 1 de enero tiene por delante tres retos: el primero, cumplir con las promesas que hizo en campaña; segundo, deslindar el ejercicio de su función pública y la política de ese cáncer que es la corrupción en el sector estatal y, por último, promover el desarrollo de la región tendiendo puentes para la unión de todos los piuranos.
Durante la campaña se han vertido muchas acusaciones y augurado apocalípticos resultados; lo importante, sin embargo, es que el gobierno de Luis Neyra esté al servicio de los piuranos y no de intereses personales o partidarios; pues contrario a lo que algunos puedan creer, el GORE no es una bóveda llena de dinero a la cual muchos accedan y quieran repartir cual un botín.
Es bueno escuchar al virtual ganador que llamará a los piuranos a que aporten en su gobierno, al mismo tiempo que se compromete a hacer una buena gestión porque “aún es joven y tiene un largo camino político”. Esperamos cumpla compromisos porque del éxito del nuevo gobernador –aunque a muchos no les guste- depende el éxito también de nuestra región.
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