La señora Marcelita Yarlequé de Saavedra (69) cuenta a diario El Tiempo -desde las afueras del CERP- que lleva 7 días formando colas para poder recibir vacuna contra la COVID-19.
Ella reside en Talarita, Castilla, donde no hay puntos de inoculación.
«Gano 400 soles como maestra jubilada, y ya me he gastado más de 50 en pasajes», refiere.