“Hemos aceptado la renuncia del Presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido […]. Es momento de poner el Perú por encima de toda ideología y posición partidaria aislada”, anunció el presidente de la República, Pedro Castillo, en un mensaje a la Nación.
Tras 70 días de un nuevo gobierno, el jefe de Estado tomó la decisión de configurar un nuevo gabinete, como le había pedido una facción del Congreso y de la ciudadanía. Entonces, ¿es esto el inicio del fin de la crisis política y económica?
Para el presidente de la Cámara de Comercio, Javier Bereche, esto será positivo para la economía del país en la medida que el Gobierno cambie de agenda y se descarte aquello que es una amenaza para la estabilidad, como la asamblea constituyente.
“A la economía no la afectan las personas, sino los posibles modelos económicos: eso es lo que implicaría una asamblea constituyente, no es solo Bellido. Su salida será buena, si Castillo es capaz de recomponer el gabinete y la agenda del Gobierno, que en las últimamente iba sobre nacionalización, la asamblea, la cuestión de confianza para cerrar el Congreso, todo eso enmarcado en una extrema izquierda y eso espanta a los actores”, declaró.
A su criterio, el final de la crisis podría encontrarse en un par de años, si se trabaja activamente en el avance de la vacunación, la lucha contra la pandemia, la reactivación de la economía y el retorno a las escuelas.
Por su parte, el analista político, Fernando Rospigliosi, consideró que la salida de Bellido no implica una ruptura con Perú Libre, pero sí una pelea con su secretario general, Vladimir Cerrón.
“Hay que ver quiénes son los reemplazos, si no son igual de extremistas, si no son igual de torpes. No servirá de mucho si solo se cambian las formas y los métodos de plantear las cosas. Lo que sí veo es una pelea con Cerrón, para ver quien es el que se beneficiará con el Estado; no es solo cuestión de ideología”, dijo.
Respecto al incremento de mujeres en el gabinete, opinó que esto es un paso hacia adelante: “Era una barbaridad el solo tener a dos mujeres en el Consejo de Ministros, pero también va a depender de la calidad de personas que ponga. Por ejemplo, Bellido era un impresentable”.
Además, enfatizó que Castillo “ya no tiene palabra” y ganarse la confianza de la población le costará más que la renovación de ministros.
No cambia nada
Para el analista político, Alfonso Baella, el cambio de gabinete no acabará con la situación de inestabilidad y solo sería una bomba de humo para distraer, puesto que Castillo no habría cambiado de postura política.
“Esto es solo alargar una decisión mucho más importante que debe ser tomada: que el Congreso vaque a Castillo porque estamos gobernados por comunistas que no creen en la democracia. Lo peor que puede pasarnos es que creamos que la salida de Bellido es un avance”, expresó.
Baella explicó que la decisión tomada por Castillo no implica un cambio de rumbo, sino que es “un engaño”.