El pasado miércoles 26 de abril, decenas de extranjeros burlaron la vigilancia fronteriza peruana, lo que impulsó la decisión de la presidenta Dina Boluarte a desplegar a las fuerzas militares.
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De esta manera, el Ministro de Defensa, Jorge Chávez, llegó a la frontera de Perú-Chile, en el área limítrofe de Tacna acompañado de 200 efectivos militares para apoyar en el control migratorio en conjunto con la Policía Nacional del Perú.
Ingreso ilegal
A través de los medios nacionales, se pudo conocer que centenas de extranjeros indocumentados que se encontraban en la línea de la Concordia, ubicada en la frontera Perú-Chile, lograron burlar la vigilancia policial y cruzar hacia territorio peruano.
Al percatarse de esto, efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) realizaron disparos al aire para tratar de detener el paso de los migrantes y finalmente fueron escoltados hacia la zona fronteriza.
Estado de emergencia en Perú
El intento de los inmigrantes indocumentados, la mayoría venezolanos, de cruzar desde Arica hasta Tacna llevó al Gobierno de Dina Boluarte a decretar estado de emergencia en zonas fronterizas, lo que se traduce en que las policías y militares puedan restringir el ejercicio de los derechos constitucionales relacionados al libre tránsito, entre otros.
Al respecto del supuesto apoyo de las autoridades chilenas para facilitar el ingreso ilegal de extranjeros al Perú, el alcalde de Tacna calificó de “innombrable” e “irresponsable” al presidente Gabriel Boric por su gestión en torno a la migración.
El canciller chileno, Alberto van Klaveren, citó en la tarde del jueves al embajador de Perú, Jaime Pomareda, para pedirle explicaciones. Además, presentará una nota diplomática de protesta por los comentarios.
“No debemos permitir que un innombrable e irresponsable traslade los problemas de una frontera a otra”, sostuvo Pascual Güisa, alcalde de Tacna.
En la misma línea, el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, le pidió al mandatario chileno y a los otros que “solucionen sus problemas” y “que no los tiren hacia otro país”. Otárola aclaró que están en conversaciones con las autoridades migratorias chilenas para resolver el problema “que afecta a los dos países”, pero que lo ocurrido no perjudica las relaciones bilaterales.
Asimismo, el canciller chileno reconoció que el estado de emergencia decretado en Perú, que frena el paso de los inmigrantes sin documentos, “aumenta la presión” en el norte. “Se plantea un problema humanitario importante. Requerimos de la asistencia de organizaciones internacionales con experiencia en esta materia”, afirmó van Klaveren.
En la última semana, las autoridades de ambos países vinculadas al tema han sostenido al menos tres videoconferencias para abordar el problema.