Dependerá de la capacidad de las autoridades de sostener el presupuesto de inversión pública y la recuperación de la confianza para que la economía crezca favorablemente en el 2023, sostuvo el exministro Luis Miguel Castilla.

En entrevista exclusiva para El Tiempo, el exministro de Economía y director de Videnza Instituto, Luis Miguel Castilla, señaló los enormes retos que tendrá que afrontar el gobierno de Dina Boluarte en materia económica y política.

Asimismo, señaló que el trabajo que puedan lograr las nuevas autoridades regionales y locales en su primer año de gestión será clave para que la economías logre tasas de crecimiento más altas el próximo año.

– ¿Qué factores influyeron en que la economía peruana cierre este año con un crecimiento entre 2,8% y 2,9% según el Ministro de Economía?

Creo que lo que ha hecho que la economía crezca a esa tasa es porque el consumo se ha mantenido resiliente y esto en base a la inyección de recursos del ahorro privado como de las AFP, CTS y los bonos que se han pagado a lo largo del año, eso más la recuperación de los salarios ha hecho que el consumo sea el reimpulsor del crecimiento que hubiese sido mayor si es que la inversión pública y privada hubiesen crecido cosa que no ocurrió.

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– ¿Qué se espera para el 2023 en materia económica?

Todo va a depender de si la paz social vuelve al país; con el nuevo Gobierno se ha mejorado la calidad del gabinete: ahora es más técnico y con más experiencia. Esto va a redundar un poco más en la confianza, el problema es que todavía no es claro si la tregua que está viviendo el país va a continuar y si depende básicamente de las decisiones que tome el Congreso; entonces, en función a eso, si es que la calma retorna al país, algunos proyectos de inversión podrían reactivarse pero esto tendría que compensar la usual caída que hay en la inversión pública especialmente a nivel subnacional.

Como sabemos estamos a pocos días de cambios de autoridades regionales y locales en todo el país, usualmente la ejecución del presupuesto cae en el primer año de gestión y esto representa más del 60% del total en inversión pública; entonces va a depender de la capacidad de las autoridades de sostener el presupuesto de inversión y la recuperación de la confianza para que la economía crezca favorablemente. En tanto esto no ocurra, el crecimiento previsto es en torno a 2%.

– ¿Cómo recuperar la confianza de los inversionistas que cayó durante el gobierno de Pedro Castillo?

Creo que el gabinete actual ayuda pero esto va a depender de que haya un mínimo acuerdo de gobernabilidad hasta que haya elecciones generales, una vez que se defina la fecha entramos a un proceso de transición que puede ser de hasta 18 meses y esto podría permitir que los sectores tengan mayor estabilidad y menos tasa de rotación en distintos ministerios y políticas un poco más consistentes al interior del gabinete, cosa que no teníamos en el gobierno de Castillo donde había una altísima tasa de rotación con personajes cuestionados y sin experiencia, estaban ocupados en cualquier cosa menos en gobernar o adoptar políticas públicas de calidad.

Entonces, creo que eso es un factor que podría mejorar en tanto se estabilice el país y una mejor gestión de la inversión minera porque muchos proyectos se han paralizado y el sector minero se estaría contrayendo este año, cosa que es inusual cuando tienes precios tan altos de materias primas especialmente del cobre, si habría una mejor gestión de los conflictos sociales y se evite la paralización de importantes minas eso también ayudaría a que la economía tenga un mejor desempeño.

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-En todo caso, ¿el Gobierno debería impulsar el sector minero en primer lugar?

El minero y también el sector agroindustrial, en general todos los sectores, lo que hemos visto es que los sectores primarios en particular han tenido una caída, un menor aporte al crecimiento de la economía tanto el sector minero como agrícola.

El sector minero es el sector más vinculado a la demanda interna de consumo más que nada lo que sostiene a la economía, un 20% de los ingresos tributarios del país proviene del sector minero; entonces, es importante que estos proyectos no se paralicen y que la reducción no se vea mermada como ocurrió este año.

Sin duda, el año 2023 será un año desafiante porque en algunas jurisdicciones se han elegido autoridades antimineras y esto, obviamente, afecta la predictibilidad de las reglas de juego e incrementa el riesgo de invertir en el país.

– En líneas generales, el gobierno de Dina Boluarte tendrá grandes retos por cumplir a partir del 2023…

A parte de conducir un proceso ordenado hacia unas elecciones generales que usualmente deja en incertidumbre hasta que no se defina quienes van hacer las autoridades elegidas, lo importante para la administración de la presidenta Boluarte es mantener control sobre la violencia y evitar que haya desmanes, que se vulnere la propiedad pública y privada y que prime la tranquilidad, esa es la tarea prioritaria para empezar y lo segundo es que comience a recuperar el sector público que fue tomado políticamente.

Creo que si ella logra manejar la transición de manera pacífica y logra mejorar la calidad del gobierno enfocándose en destrabar algunos proyectos contribuiría a que en lugar de crecer a una tasa baja sea mejor, todavía hay decisiones políticas que tienen que dilucidarse para tener un mejor escenario en el año entrante.

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