La última “travesura” del gobernador Servando García, de no exponer ante la Comisión de Presupuesto del Congreso, y enviar -como siempre hace-, a su gerente general, deja la duda de si realmente se siente comprometido para ejercer este importante cargo; pues no es la primera vez que huye a sus compromisos como autoridad, con lo cual deja la duda de que si realmente es él quien está detrás de la gestión.
Por otro lado, la conexión “Acuña” parece muy sólida al interior del GORE; al igual que en el Congreso, con el presidente de la Comisión de Presupuesto quien “hizo una excepción” con la ausencia del gobernador y dejó que sus gerentes lo reemplacen, cuando la invitación y la responsabilidad de sustentar los proyectos de la región era únicamente del propio gobernador.
Aunque estas ausencias y displicencias de Servando no son materia punible ante la ley; si lo es en el sentido ético; pues los piuranos lo eligieron a él para gobernar la región y los represente, no a un gerente trujillano con un cargo de confianza, que puede hacer bien su trabajo, pero no ha sido electo para irrogarse poses de gobernador.