Países con regímenes autoritarios registran alta cantidad de ministerios y poca oportunidad para las mujeres. Algunas entidades en Venezuela ya quedaron obsoletas, mientras que Cuba reprime a la sociedad civil.
“El Perú no será como Cuba o Venezuela, crecerá con su propia identidad”, ha afirmado presuroso el candidato Pedro Castillo (Perú Libre) en la carrera hacia la segunda vuelta. Pero sus radicales propuestas ya tienen un reflejo en ambos países, en donde el Estado ha pasado a tener un mayor protagonismo y control. Esto ha traído consigo la creación de nuevos órganos burocráticos, donde, además, sigue campeando la falta de igualdad entre hombres y mujeres en los altos cargos públicos.
En Venezuela, la creación de ministerios es de exclusiva atribución del presidente, cargo que actualmente ocupa Nicolás Maduro. Así, hasta la fecha, el país ha alcanzado un total de 34 carteras (tras disoluciones y algunas fusiones), la cantidad más alta en toda América Latina desde hace ya algunos años.
Desde la llegada de Hugo Chávez al poder hasta la fecha, la cantidad de ministerios prácticamente se ha duplicado. A ello se suma la conformación de otros órganos que significan una carga adicional al erario.
Los nuevos ministerios en lugar de brindar solución han contribuido a hegemonizar la burocracia, lo que también conlleva a la corrupción. Todos llevan el nombre oficial de “Ministerio del Poder Popular”, seguido de la denominación del sector al que representan. Hay para todos los gustos: desde una cartera para el “Petróleo” hasta otra del “Ecosocialismo”.
“No solamente no implica mayor solución (a los problemas) sino que a veces la multiplicación de burocracias lo único que hace es que una compite con la otra, pero ninguna atiende al ciudadano. Y al contrario, todos esos trámites tienden a sumar opacidad y a la larga a dificultar la dinámica económica”, explica Sary Levy, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela.
El último ministerio creado por Maduro fue el de Turismo, en agosto del 2019. Pero antes de ese, en el 2018, dispuso el surgimiento de dos nuevas carteras: de Atención de las Aguas y de Industrias y Producción Nacional.
En opinión de Levy, la gran mayoría han quedado ya obsoletas, y generan un forado importante en la economía.
“No solamente tenemos ministerios demás sino que adicionalmente los que tenemos no logran los objetivos para los cuales fueron creados, que es peor aún. No solamente son muchos, sino que todos son ineficientes”, apunta.
En tanto, en Cuba existen actualmente 23 ministerios, pero el Consejo de Ministros también está conformado por representantes de tres institutos nacionales.
Una estructura similar en Perú a la de ambos países sería bastante costosa. Según estima el economista Diego Macera, solo para que un ministerio pueda comenzar con una estructura mínima se requieren unos S/40 millones al año. A esto se tendría que agregar los programas que se quisieran implementar y otros gastos.
Apunta que “lo que se requiere es lo contrario, hacer más eficiente al Estado”, y agrega que el golpe presupuestal sería, en realidad, la menor de las preocupaciones: “La mayor es esta nueva carga burocrática que se le impone a la actividad económica”.
Sin equidad
Pero la burocracia no es el único “problema”. Además de ello, se ha visto que la representación de mujeres en estos espacios sigue quedando reducida. De los 23 ministros que tiene Cuba, solo siete son féminas.
No obstante, el Consejo de Ministros también está integrado por el primer ministro y por seis viceprimeros ministros. De estos últimos, solo hay una mujer. La dictadura no tiene un ministerio exclusivo para dictar políticas a favor de las mujeres.
Venezuela no se aleja tanto. En el gobierno de Maduro hay 23 ministros hombres y 11 mujeres. Todas deben estar alineadas con la “revolución”. En estos países no hay espacios para la disidencia.
“Los países con este sistema tienden a agrandar el Estado y a debilitar el papel del individuo, de la sociedad civil y de las organizaciones. Ellos proclaman igualdad, pero no la practican”, dice Yesenia Alvarez, directora del Instituto Político para la Libertad-Perú.
En su opinión, si bien en otros países –incluido el Perú– tampoco hay necesariamente una igualdad de género, la diferencia radica en la libertad de defender estos derechos a través de la sociedad civil. En Cuba cualquier avance respecto a estos temas que no se ajuste al pensamiento único simplemente “no existe” y las organizaciones son reprimidas y llamadas “contrarrevolucionarias”. Algo similar a lo que señala Perú Libre en su ideario respecto a las ONG.
“¿A nosotros nos falta avanzar en temas de género, de igualdad? Sí. Pero podemos hacer precisamente esa lucha porque estamos en libertad, en una democracia”, puntualiza Alvarez sobre el Perú.