La vida es bella, a pesar de todo. Nos permite gozar y disfrutar de todo lo que hay en la naturaleza, de lo que tenemos y de los que nos rodea. Pero, cuando estamos enfermos o con males incurables es cuando recién “nos damos
cuenta” de lo valiosas que son la salud y la vida.

Norman Cousins, periodista político estadounidense escribió: “La gran tragedia de la vida es lo que dejamos morir en nuestro interior mientras estamos vivos.”, y Walt Whitman, poeta y periodista estadounidense, escribió su
famoso poema “No te detengas Carpe Diem” en el que decía: “no dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de
tu vida algo extraordinario.”

Todo esto es muy cierto. Vivir no es solo respirar, implica sonreír, reír, bailar, cantar, sentirse vivo a través de todos nuestros sentidos, no dejar para mañana lo que podemos vivir y gozar hoy. Uno de los efectos de la pandemia que estamos viviendo es que, por fin, mucha gente valora lo “poco o mucho” que tiene, las actividades más “simples” que antes podía hacer y hoy ya no pue- de.

La gente, antes del COVID, escribía en las redes sociales cosas como: “al fin es viernes”, “que pena, mañana es lunes y hay que ir a trabajar y estudiar”, entre otras cosas. Hoy día, hemos tomado conciencia de que cualquier día, cualquier momento, es lindo y bello y se puede y se debe disfrutar absolutamente todo lo que la vida nos da, porque todo vale la pena.

Enumeremos nuestras alegrías y bendiciones diarias, no nuestros pesares. La felicidad es lo mucho que disfrutamos, no lo mucho que tenemos, disfrutemos de la vida con las personas que nos guste estar rodeado; lo más importante es estar de buen humor y disfrutar de la vida, dondequiera que estés: disfruta de la vida ahora. ¡Hay tiempo de sobra para estar muerto!

Uno de los momentos más lindos, cuando estamos disfrutando de la vida, es cuando amamos nuestro trabajo y lo disfrutamos tanto que es nuestra pasión, nuestro pasatiempo favorito y damos lo mejor de nosotros siempre.

Los que más temen a la muerte son los que disfrutan menos de la vida. Se puede estar feliz sin salud y estar triste
con salud. Ahora es el momento de disfrutar la vida, no mañana, ni en alguna vida futura después de muerto. El
día de hoy debe ser siempre el más maravilloso. ¡Disfruta la vida ahora, pues tiene fecha de vencimiento!