Menos de cuatro lluvias intensas y el flamante asfalto estrenado hace diez meses en el casco urbano de Piura, literalmente, está desapareciendo.

Editorial: Tiempos decisivos para la salida al mar

Se ha convertido en arena y diminutas piedras. En su lugar aparecieron huecos y baches signo evidente de que nos han querido dar gato por liebre. Según técnicos de la MPP, el 60% de las nuevas pistas han sufrido diversos daños.

Muchos se preguntarán: ¿Y los ingenieros de la MPP a cargo de la supervisión y evaluación de estos trabajos, dónde estaban? ¿Cómo se recibió una obra con tamañas deficiencias en cuanto a calidad de material? Y es que no se necesita título de ingeniero especialista en asfaltos para darnos cuenta de la calidad del material y la falta de drenaje pluvial de esta obra que con unas lluvias se hizo polvo.

Estos trabajos evidencian -una vez más-, que el mayor daño en nuestra región, no solo lo hacen las torrenciales precipitaciones (a las que debemos adecuarnos por el cambio climático), sino la negligencia e ineptitud de quienes tenían la responsabilidad de hacer un buen trabajo. El problema es que los parches que vendrán después no justifica la inversión de 7 millones que costo la obra.

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