Los peruanos son muy creativos, hábiles y emprendedores a la hora de buscarse el sustento diario.
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Hoy con la proliferación de ambulantes en las vías del Complejo de Mercados (algunos son extorsionados y pagan cupos) inspirados comerciantes están utilizando las vías públicas en Piura, Castilla y 26 de Octubre, para instalar enormes puestos de venta de frutas, pescado y hasta abarrotes.
Cada comerciante haciendo gala de ser hábiles ‘marketeros’ han conseguido una camioneta, un triciclo o un auto y lo han llenado de frutas y verduras. Se han instalado cerca de la población y en las zonas más concurridas y tras ellos han llegado otros informales que venden desde animales vivos hasta plantas ornamentales; huevos, pescado… en fin.
Desde el punto de vista práctico, bien por la habilidad de quienes buscan su sustento; sin embargo, en una sociedad donde la convivencia tiene reglas, la aparición de estos pequeños mercadillos alientan la informalidad, se evaden impuestos y nadie controla la calidad y peso de lo que venden. Los ediles parece que no alcanzan a ver la necesidad de ordenar y darles mejores condiciones a estos aguerridos comerciantes.