Los azuzadores de la vacancia de Martín Vizcarra parece que se asustaron y hoy están al desbande.
Tras conocerse las llamadas de Manuel Merino a los jefes militares, y de las insanas intenciones de este por sacar del camino al presidente, muchos empezaron a cambiar de discurso. En la tienda de UPP, la polémica Carmen Omonte dice que replantearán su posición.
El controvertido Daniel Urresti, portavoz de Podemos, fue el primero en hacer pública la decisión de no apoyar a los arribistas Manuel Merino y Edgar Alarcón. El Frente Amplio plantea que la Mesa Directiva del Congreso sea censurada; Marco Arana, fue más allá y pide censura y destitución para el presidente de la comisión de Fiscalización. Ahora desde adentro se sacan las entrañas.
Siendo así, es improbable que la vacancia se desinfle. El susto, por el delito de sedición, parece que replegó a muchos, pero también la oposición de lo peruanos que creen que este Congreso es peor que el anterior. Con ello, no solo se acrecienta el desprestigio contra este poder del Estado sino que la mano de la justicia podría darle un buen sopapo a los promotores de vacancia.