El pésimo arbitraje de Bascuñán en el partido contra Brasil mostró algunos rasgos vergonzosos nuestros; indignados por Bascuñán, pero, otros árbitros peruanos le jugaron sucio al Perú, se vendieron y defendieron a los corruptores de Odebrecht y sus amigos y no pasó nada, “no importa mucho”.
En el fútbol se pierde la perspectiva, notamos esa actitud parcializada, convenida del hincha que, cuando el árbitro yerra a su favor, se calla y dice “así es el fútbol”; pero ay del árbitro que se equivoca y perjudica, no se la perdonan; maldicen, insultan; la hinchada, como una jauría herida, muestra los colmillos del insulto, la protesta agria, la violencia y pobre mamá del “árbitro CSM”, “árbitro HDP”, etc., Ruidías le metió gol con la mano a Brasil y todos “jejeje”.
Todos somos un “bascuñán” dentro; el tirano que quiere ser la última palabra: “yo soy la autoridad”, “ya está decidido y no se hable más”; gente que no consulta ni escucha, “no le importa el VAR ni la opinión ajena” y dicta sentencias subjetivas: es fiscal, juez y verdugo que acusa, condena y ejecuta sin miramientos; así hay padres, madres, maestros, autoridades, jueces, fiscales, curas, obispos, políticos, ideólogos, activistas, pueblo en general. Gente que presume de infalible y creen tener siempre la razón, se consideran la última instancia, inapelable; ellos deben siempre cerrar el tema; “las órdenes serán cumplidas sin dudas ni murmuraciones”; “bascuñanes” por todo lado y en todo ámbito.
El “bascuñán” que negocia la justicia para inclinar la balanza en su favor; jueces que venden sentencias, favores; licitaciones adjudicadas no al mejor postor sino al que paga más; congresistas que manipulan la ley para tener amigos y cómplices en el TC y se arreglaron para imponer a alguien que en el futuro será garante de su impunidad y protector de sus intereses por encima de la constitución y del bien común; congresistas que manipulan nombramiento de comisiones congresales en su provecho o en el de su partido y ponen al gato de despensero: “bartras, alarcones, y alacranes”; “bascuñanes” que se hacen de la vista gorda o, “no se oye padre”; acuerdo de Escazú vetado y ningún clamor nacional; los medios cuyo dueño es de la Confiep o de la Cámara, se callan y llenan sus espacios de fútbol y de todo aquello que sirve de cortina de humo para zafarse del problema. Peruanos no sólo en el estadio, más justicia y derecho; mes morado, “hagamos grande nuestro Perú”, Resucita, Perú, ahora.
