La sorpresiva llegada de Pedro Castillo a Piura, en horas de la noche, no fue por su preocupación por la región, mucho menos por el hospital de Alta Complejidad o la obra de alcantarillado de Castilla; sino para participar de actividades militares… ¿Desde cuándo le preocupan estas actividades, dejando de lado incluso los problemas más urgentes del país?
La respuesta es simple y los analistas políticos nos advierten de que Castillo está tras el control total de las FF.AA. Aunque él es el jefe supremo, quiere sumisión a los intereses que persigue. Por lo pronto busca protección en caso de una probable vacancia, aunque algunos “pitonisos” aseguran que está reforzando su protección porque en cualquier momento cierra el Congreso.
Por otro lado, hay rumores de algún acuerdo implícito con Antauro Humala, (quien ya hace campaña en el sur, no se sabe con qué plata porque el pobre no trabaja), para lograr cerrar el círculo de sumisión con los mandos militares afines al etnocacerista extremista. Lo evidente es que cada día y mes que pasa, Castillo se fortalece. Ya tiene dominio en el Congreso, ahora está tras las FF.AA. La oposición solo mira y murmura.
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