Los videos transmitidos en vivo a través de las redes sociales se han popularizado de manera significativa, sobre todo en la comunidad gamer. Sin embargo, y más allá de este rubro, podemos hallar transmisiones de todo tipo como deportes e incluso eventos, como la misa dominical. Para muchos, el live streaming es más que solo un hobbie, es una fuente de ingresos genuina, tanto así que muchos pueden pasar una cantidad significativa de horas al día, considerándolo como una jornada laboral.
Según un estudio realizado por Streamlabs, las personas pasaron 7 500 millones de horas viendo contenido transmitido “en vivo”, es decir, un aumento del 92 % frente al 2019. También se reveló que el mercado streaming está dominado por tres plataformas: YouTube, Twitch y Facebook. En el último trimestre, Twitch registró el 63.6 % del total de horas vistas, seguido de YouTube Gaming Live (22.5 %) y Facebook (14 %).
El mismo estudio indica que Twitch comenzó el 2020 perdiendo 377 millones de horas de vista, por efectos de la pandemia. Al mismo tiempo, el resto de redes sociales y plataformas enfrentaban un incremento en la cantidad de horas de reproducción. Por ejemplo, YouTube aumentó 155 millones de horas y Facebook, 71 millones de horas.
Es evidente que aún existen muchas oportunidades para que más personas ingresen al mercado del streaming. Las barreras de entrada son muy pocas y el negocio se mantiene abierto a mostrar casi cualquier tipo de contenido. Sin embargo, transmitir en vivo también requiere de tiempo y energía, considerados los valores diferenciadores que harán que los espectadores quieran ingresar a una transmisión. Estas son algunas de las vías más comunes y sencillas para rentabilizar los live streaming:
1. Donaciones de fans: Un indicador principal para identificar que la transmisión tiene éxito es el dinero recibido cuando se transmite. Esta acción quiere decir que existen espectadores que aprecian el contenido y están dispuestos a gastar para apoyar al canal. Todas las plataformas permiten ganar dinero y cada una con diferente nombre o particularidad, pero el objetivo final siempre es el mismo: monetizar el streaming.
2. Pagos regulares: esta opción funciona como una suscripción a una cuenta o canal de streaming. Se obtiene un pago regular que, por lo general, consiste en unos cuantos dólares por cada persona suscrita. Sin embargo, cuando se trata de una cantidad relativamente grande, puede significar un ingreso considerable de dinero.