Si antes de este estado de emergencia sanitaria ya se hablaba mucho de las competencias blandas o las softskills, ahora estos términos están en boca de todos los equipos de trabajo y como tema pendiente en las agendas de las áreas de recursos humanos.
Estas competencias aluden a liderazgo, comunicación efectiva, empatía, trabajo en equipo, etc., es decir, a lo que las organizaciones buscan ahora para que sus equipos trabajen de manera efectiva, para lograr los objetivos planteados en cada área.
La OIT señala que, solo en América Latina y el Caribe, 34 millones de personas han perdido su empleo a causa de la crisis generada por la COVID-19, que nos ha forzado adaptarnos a contextos que eran inimaginables, como: poder trabajar desde casa. Solo las grandes empresas y corporaciones tenían al teletrabajo como parte de sus políticas de recursos humanos, considerándolo casi un premio; y que al trabajador le causaba felicidad.
Y es que, en la mayoría de las empresas, aún está muy arraigada la supervisión cercana(control) del trabajo de las personas, pues se cree que de otra forma no trabajarán. Sin embargo, se está demostrando lo contrario, las personas sí pueden trabajar desde casa y ser tan productivos como se lo propongan.
En este contexto, las competencias blandas son la base para que las personas puedan mantenerse en sus respectivos trabajos. Así, la adaptación, comunicación efectiva, trabajo en equipo y flexibilidad son y serán las más requeridas para el perfil de un profesional que desee mantenerse en el trabajo remoto.
Muchas compañías podrían preparar a sus trabajadores para este contexto; pero, si no lo hacen, cada uno deberá hacerlo, con sus recursos; de lo contrario, quedarán en el olvido. Charles Darwin en su libro la selección de las especies siempre lo creyó así: Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más rápidas ni las más inteligentes; sino, aquellas que se adaptan al cambio”.
A muchas de las personas resulta fácil hablar sobre estas habilidades; sin embargo, la parte más difícil es formarlas. Pero, podrían empezar identificando sus competencias en las que crean que su nivel es más bajo, quizá con ayuda de amigos o familiares cercanos. Con esa información, deben elaborar estrategias y planes para mejorar, plasmándolos en acciones, desde pasos pequeños. Se trata de establecer objetivos cortos, medibles y, sobre todo, realistas. El camino será algo difícil, pero satisfactorio.