La disciplina es un ingrediente fundamental para el éxito de estrategias cuya finalidad es salvaguardar a la población en caso de una emergencia sanitaria, como el coronavirus.
La disciplina es un factor que permite explicar por qué en China los casos disminuyen, mientras que en Europa -dramáticamente, en Italia- se disparan exponencialmente.
En efecto, las “libertades” propias de una sociedad demoliberal, como Italia, pueden constituir un obstáculo a la hora de marcar restricciones de tránsito, de reunión, etc.
En una sociedad autoritaria y colectivista, como la china, estas restricciones son tomadas con otro humor.
A la larga, las poblaciones de cultura fuertemente normativa afrontan con éxito las crisis, se acortan los plazos, se da énfasis a la eficacia y la necesidad.
¿Necesitamos aprender de China? Mucho; las lecciones que el mundo asiático nos da son muchas y convendría ponerlas en práctica, pues su aplicación representa un costo social reducido; el seguimiento estricto de un plan es algo que debemos copiar.
En nuestro país, someterse a las indicaciones del médico es todavía objeto de polémica.
Tomemos el caso de un paciente en Lambayeque que se negó a pasar los examen para descartar coronavirus.
¿Es tiempo de pensar que este tipo de conductas ponen en riesgo a cientos de peruanos y que deben ser penalizadas?
Estamos hablando de vidas humanas que deben ser protegidas de todo lo posible; hablamos de una sociedad que tiene derecho a vivir bien.
¿Estos derechos, el del bienestar y las libertades civiles, colisionan, son incompatibles?
En ciertas circunstancias, sí, pero las sociedad inteligentes deciden lo mejor al margen de los políticamente correcto y no dan lugar a conductas que puedan poner en riesgo la salud de miles.
En estos casos, ¿qué espera el Gobierno para gobernar?
Debemos ser francos con nosotros mismos: ¿La sociedad piurana tiene historial de respeto a las normas? ¿El caos en las calles, la indisciplina frente al semáforo, la expansión de las motos lineales, etc., son malas costumbres venidas de fuera -como si hubiera un “enemigo exterior”- , o es que debemos hacer una alto y reflexionar sobre nuestras actitudes para mejorar?