Se vienen tiempos difíciles en nuestro país y de eso debemos estar todos conscientes. Si ganara Pedro Castillo, el sistema económico y financiero caminarían al filo de la navaja porque PL no genera confianza por el radicalismo de su plan de gobierno y por la improvisación con su equipo técnico. Si el 28 de julio Castillo ratifica su ideario político elaborado por Vladimir Cerrón, sería nefasto para nuestra economía y mercados.
Si ganara Keiko, la economía y el mercado financiero se tranquilizarían, pero un gobierno de FP sería muy frágil por su débil representatividad en el legislativo y la fuerte oposición política de quienes no son fujimoristas, pero apoyaron su candidatura para preservar la democracia. Sin contar que un probable triunfo fujimorista sería
desconocido por PL, cuyos líderes son campeones movilizando gente y organizando revueltas.
El cuento de que con gobierno socialista muchos dejarán de ser pobres es solo un mito y muchos lo podrán comprobar en los próximos meses. El fanatismo no puede obnubilar la realidad y habrá que estar preparados para afrontar ambos escenarios. La inestabilidad del dólar y la caída de la BVL son solo una advertencia.