Tal como lo advirtió El Tiempo, ahora que los casos y las cifras de hospitalizados por COVID-19 han caído significativamente en la región, los pocos hospitales disponibles en la región no se dan abasto para atender la sobre demanda de pacientes que, a lo largo de más de dos años de emergencia sanitaria no pudieron ser atendidos, al priorizarse la lucha contra la pandemia.

Si antes de marzo del 2020 se practicaba por ejemplo en el hospital Cayetano Heredia unas 560 operaciones al mes, teniendo disponibles cinco salas de cirugía; tras la pandemia, el promedio se redujo a 440 al mes, la salas bajaron a cuatro y se carece de una de apoyo.

El problema no es solo que ha disminuido la oferta hospitalaria sino que aumentó significativamente la necesidad de atención no solo de consultas externas sino de operaciones. Hablamos de un embalse de citas médicas y cirugías acumuladas a lo largo de dos años pandémicos, frente a un sistema que, en lugar de adecuarse para atender una situación que se veía venir, por el contrario, ha disminuido su capacidad para dar el servicio.

Mientras algunos profesionales, por ser coherentes con su juramento hipocrático, muchas veces duplican de 15 a 30 sus consultas diarias programadas, otorgando citas adicionales a los pacientes más críticos (algunos de los cuales son obligados a esperar incluso un mes para ser atendidos; EsSalud, el Ministerio de Salud y el GORE no toman medidas para ampliar la capacidad de atención.

Los convenios con clínicas particulares (tercerización de servicios) para resolver el problema de las intervenciones quirúrgicas embalsadas bien podría ser una salida temporal, como lo propone el Colegio Médico. Sin embargo, preocupa el prolongado silencio del Gobierno representado por el Minsa como ente rector, respecto a la solución al clamor de cientos de asegurados que, a pesar de aportar al seguro social, no reciben el servicio que en justicia merecen. Tampoco los pacientes del SIS.

Una buena manera de no saturar a los principales nosocomios y que ayudaría a disminuirles este embalse de pacientes, es fortalecer el primer nivel de atención, cuyos centros no están atendiendo incluso casos leves de su competencia.