Para la “gran prensa”, el norte y sus penurias ya son noticia irrelevante. Las cámaras están enfocadas ahora en los daños a la vía Chosica-Chaclacayo, en los huaicos y las pistas “inundadas” en la capital.
Para la gran prensa, la emergencia en la región Piura ya se desinfló porque el ciclón “Yaku” está dirigiéndose al sur. Sin embargo, las imágenes de la salida del río en Tambogrande y Chulucanas, así como la tensión generalizada en la sociedad por un posible desborde que afecte a Piura y al Bajo Piura, demuestran que los problemas no han terminado. Lo que pasa es que somos invisibles.
En el olvido, las regiones somos hermanas. Nos pasa lo que a Puno, Apurímac, Madre de Dios…, que están tan lejos de donde se toman las decisiones para todo el país que las autoridades piensan que no existen.
El caso del norte es trágico porque hablamos de regiones rebosantes de riquezas que han sido ofrecidas al resto del país sin reparo alguno. A pesar del altruismo, de los impuestos y otras formas de contribuir al país, solo somos dibujos del caprichoso contorno en un mapa escolar. La ignorancia sobre lo que ocurre en esta región es tal que ni siquiera se comprende el comportamiento del clima. Peor aún, ni se lo comprende pero se minimiza a priori su impacto.
Con el anuncio de que la Autoridad para la Reconstrucción (ARCC) va a despachar desde el norte -probablemente desde Piura- se podría pesar que el estigma del centralismo y el racismo está perdiendo terreno en la sociedad. Más aún, las regiones castigadas por el clima y las pésimas decisiones políticas de los últimos años tendrán ese anhelado protagonismo y podrán conseguir que obras de mayor urgencia se construyan en Piura. No obstante, es posible que se trate de la instalación de un gigantesco cascarón que sirva para distraer la atención hasta que los ánimos norteños amainen.
¿Merecemos que se nos trate así? No, pero es perfectamente posible que así ocurra en una lógica cuyo fin es “retirar” del paisaje todo lo que no refleje “crecimiento”. Es una cuestión estética, una interpelación a la conciencia colectiva para insistirle que guarde la calma.
No obstante, el crecimiento empieza en las regiones, principalmente en las del norte. Si se las borra de la ecuación, no hay resultado posible. Nuestras autoridades deben encarnar el pedido de respeto para Piura.
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