Algunas medidas dictadas por el Ministerio de Salud para ordenar la lucha contra el dengue tienen todo el respaldo de la lógica. No obstante, hay otras deben ser revisadas con lupa. Por ejemplo, ¿qué significa la sanción a la “desinformación”? Se comprende que el afán de las autoridades sanitarias es que no se hable del dengue sin saber, ni que se propaguen curas milagrosas que podrían ser contraproducentes para los objetivos médicos, como ocurrió durante la pandemia de COVID-19 y el dióxido de cloro o el agüita de kion.
No obstante, los directivos del Minsa deben comprender cómo se producen ciertas dinámicas sociales: la “desinformación”, la propalación de “recetas” y “tratamientos” es un efecto del pésimo comportamiento de las farmacéuticas, que han aprovechado el peor momento de la epidemia en Piura para lucrar con los medicamentos elevando sus precios cinco, seis o siete veces más de lo usual. Evidentemente, se trata de un abierto desprecio por la vida.
Por otro lado, la conducta de los ciudadanos “desinformadores” es una consecuencia de la inoperancia del propio sistema sanitario que en muchas ocasiones le ha negado la atención a cientos de ciudadanos con la excusa de que los hospitales estaban llenos. También se le niega el derecho a la vida y a la salud a la población cuando no se fortalece el primer nivel de atención y cuando se prometen hospitales de campaña que luego no funcionan.
Es probable que las iras de los jerarcas médicos también estén enfocadas contra los periodistas que, en un afán por contribuir a aliviar la economía de las familias y la desesperación por no encontrar suero ni los demás remedios, hayan dado cabida a información referida a remedios caseros. El periodismo, a nuestro juicio, ha cumplido con su rol social, no ha hecho eco de fake news ni ha promocionado la ingesta de aguas salvadoras ni similares; por el contrario, ha denunciado el sucio juego de ciertos comerciantes de la salud y ha intentado socavar ese poder que tenía a las familias cogidas de los bolsillos.
En la actualidad, la cifra de infectados por el Aedes aegypti supera los 30 mil y hay 24 fallecidos -hace una semana, solo una semana, eran la mitad-. Ya es tiempo que el Minsa se dedique a trabajar por la población y le asegure atención frente al flagelo del dengue.