Mientras se anuncia la llegada de más y más personas a Lima para intensificar las protestas, diversas actividades han sido suspendidas a nivel nacional.

Ante el anunció de una gran protestas se han cancelado los eventos deportivos, los partidos de la Liga1, el certamen nacional e internacional de marinera, etc. El país se paraliza poco a poco pues la seguridad y la integridad no están garantizadas; ejemplo de esto último es el tétrico escenario del sur del Perú.

¿Queremos lo mismo en el norte? ¿Queremos que todo el país caiga en manos de la barbarie que pretende imponer salidas y presuntas soluciones al margen de la ley? ¿Queremos ver al Perú hundido en la ciénaga de la ley del más fuerte, del más salvaje o del mejor armado?

La civilización, que nos ha cobijado desde la época de las altas culturas, no es posible sin la ley, sin un ordenamiento que gobierne las pasiones, los apetitos y los procedimientos. El Perú ocupa un lugar privilegiado en la historia de América del Sur: ha sido desde la edad precolonial el centro del orden; con la colonia fue el centro del poder de ultramar, y en la edad republicana ha sido un intento permanente por encontrar una salida democrática que asegure la convivencia de todos los ciudadanos. Aún seguimos en esa búsqueda.

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¿Podemos permitirnos echar a la basura centurias de aprendizaje a convivir en democracia? ¿Podemos permitirnos temer a los vándalos que, azuzados por un exmandatario extranjero y sus alfiles disfrazados de corderos, intentarán imponer su razón a cualquier costo? La Policía debe estar presta a actuar pues la presidenta Boluarte ya extendió la mano y ha invitado al diálogo a quienes corresponda, pero la paciencia de la democracia no es -no debe ser- infinita ni incondicional.

Hasta el momento, Piura continúa sin sentir directamente los estragos de las protestas, pero es probable que en algún momento esto sí ocurra. Debemos tomar nuestras precauciones y, sobre todo, tendremos que exigir al Gobierno una solución completa. ¿Hasta cuándo los ciudadanos libres del sur tendrán miedo de toparse con los bárbaros que no dudan, siquiera, en linchar animales para “demostrar” (¿?) sus argumentos?

Esperemos que pronto se llegue a un acuerdo y que el golpe a la economía nacional no sea demasiado profundo. Ese boicot al crecimiento es la verdadera traición a la Patria.

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