Por simple sentido común, era ilógico que, siendo las siguientes dos semanas las más críticas de la pandemia del coronavirus en el Perú, se levante la cuarentena.
Hacerlo habría sido arrojar por tierra lo avanzado, como haber logrado mediante el distanciamiento social que mil 301 infectados, de los 4.342 que hay en el país, ya estén de alta y que –si bien la cifra de letalidad ya supera los cien- no estemos lamentando miles de muertos o decenas de miles.
Los más de cien fallecidos nos duelen a todos, más a sus familias, pero pudieron ser más y lo más eficaz para evitar que esta cifra se multiplique como en otros países, es quedarse en casa el tiempo que sea necesario. Reducir la cantidad de personas en las vías públicas es tan decisivo en los siguientes 15 días, que el Gobierno, a través del Comando COVID-19, ha previsto monitorear vía señal de celular a quienes deliberadamente se reúnan en algún punto de la ciudad, violando la orden de confinamiento.
Hasta allí todo bien: aplicar medidas con firmeza da confianza a la población para seguir poniendo su cuota de esfuerzo. Sin embargo, actitudes de algunos congresistas, que en lugar de dar el ejemplo y quedarse en casa, prefirieron hacer sesiones presenciales y ahora ya hay una parlamentaria infectada, desalientan a muchos.
Lo mismo ocurre con los recientes enfrentamientos verbales entre autoridades nacionales y regionales de Piura por la falta de liderazgo y capacidad de gasto del presupuesto para la luchar contra la pandemia. Simplemente, no hay tiempo para las pullas y los ataques, porque la enfermedad y los pacientes no pueden esperar. Bastante tenemos las familias con poner al límite nuestras desgastadas economías como para tener que cargar con la irresponsabilidad de la falta de previsión.
El gobernador y sus funcionarios del GR no pueden esperar que el Ejecutivo, a través del Comando COVID-19 que se instalará en Piura, resultados milagrosos. En este crucial momento, Piura les exige sincerarse, tienen un plan serio bien estructurado, es decir eficiente y que funcione? Con el coronavirus en ascenso, no hay tiempo para la improvización. El que desde el Gobierno Central se atribuya al GR poca celeridad en la ejecución del gasto y que les falte liderazgo, no nos soluciona nada. Solo pone el dedo en la llaga. Piura les exige acción y resultados.