Cada vez queda más claro: los ladrones se burlan de las declaratorias de emergencia, una medida que -aceptémoslo- no está funcionando; tampoco hay frutos de la participación de los militares en el patrullaje en las calles de Sullana y los otros distritos en los que se han suspendido algunos derechos, pues los delincuentes, o se las arreglan para seguir operando, o migran a las ciudades como Piura que no han sido declaradas en emergencia.
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Se ha dicho hasta la saciedad que es urgente incrementar policías, comprar patrulleros, invertir en mejorar locales policiales e implementarlos. Sin embargo, de nada servirían estas medidas si al interior de la Policía no se ataca entre el personal policial esa falta de mística que viene de años, alimentada por el abandono y manejo más político que técnico del sector, principalmente durante el gobierno del tristemente recordado Pedro Castillo, uno de los mandatarios que más debilitó a la Policía.
Tal como han empezado a proponerlo exministros y no pocos especialistas, el Gobierno ya debería pensar en optar por la conformación en Piura de un grupo especial de inteligencia, conformado por los agentes y oficiales más capaces -que los hay y muchos-, a los que se les provea de vehículos, presupuesto, equipos de alta tecnología para espionaje dentro y fuera de las cárceles, etc., con una misión muy clara: capturar a los principales cabecillas de las organizaciones criminales peruanas o extranjeras.
Si el personal policial que lleva meses o años trabajando sin resultados positivos en Piura no da la talla, este GEIN regional debería ser conformado por algunos de los más experimentados oficiales que en Lima están combatiendo a las organizaciones criminales, como el Dragón Rojo, algunos de cuyos cabecillas acaban de ser detenidos en La Molina, donde retenían contra su voluntad a 44 ciudadanos de Malasia (trata de personas); o de los que han detenido limpiamente a Yomar Delgado Palacios, líder de la facción Dinastía Alayón, uno de los cabecillas del Tren de Aragua.
Los exintegrantes del GEIN, que lograron la captura de la cúpula de Sendero Luminoso y los expolicías autores de los golpes más fuertes contra la criminalidad, deberían ser convocados para asesorar a la Policia sobre cómo diezmar a los principales cabecillas que han desatado una imparable ola de “terrorismo urbano” en las calles del país.
