Ni la aprobación de leyes creadas para encaminar la ansiada reforma política ha sido suficiente para evitar el vergonzoso escenario pre electoral de estos días.

A poco de vencer el plazo para que se inscriban en una organización política y aseguren su postulación en los comicios del próximo año, numerosos precandidatos corren en busca de partidos que acepten servirles de “vientres de alquiler”, previa negociación.

¿Qué negocian? ¿Los intereses de los millones de peruanos, la recuperación económica y la reforma integral del sistema de salud en el Perú de la pospandemia? No, no nos engañemos, lo que acuerdan en estos días es cómo beneficiarse si llegan al poder, cómo asegurar sus intereses individuales, los del partido, del candidato y los de los aportantes.

¿O no? Sería interesante, en todo caso que en los próximos días estos flamantes afiliados expliquen al electorado qué los motivó a optar por una organización política y no otras, y por qué esperaron el último momento para hacerlo. La veracidad de sus respuestas se sabrá después del 11 de abril, cuando ganen o pierdan en las elecciones, y dejen los partidos que los alojaron o, quien sabe, refuercen sus vínculos. Las experiencias de anteriores procesos indica que generalmente ocurre lo primero.

¿Qué viene después de las bruscas, repentinas o milagrosas afiliaciones? Pensar, ahora sí, en el electorado, en el perfil buscado por los ciudadanos hoy en plena crisis.

Según reciente sondeo de Ipsos, a siete meses de las elecciones un 19% no votaría por ningún candidato y un 13% no precisa. ¿Esto significa que el perfil del próximo presidente que esperan los peruanos es el de alguien completamente nuevo en la escena política, como dicen algunos analistas?

Es lo más probable, y tal vez esta sea la amarga lección que el país les dé a las nueve agrupaciones con presencia en el actual Congreso. A estas -especialmente las que votaron a favor de la vacancia express y las que se rindieron a la tentación del populismo aprobando leyes lesivas a la estabilidad económica- realmente les quedan muy pocas opciones en la próxima contienda.

A las demás opciones, incluidas las de filiaciones postizas, solo queda darles por ahora el beneficio de la duda.