Sincerar la cifras sobre la pandemia es una de las medidas más acertadas que ha podido tomar la ministra de Salud Pilar Mazzetti, quien el último domingo dijo en una entrevista televisiva que en el país serían como máximo 47 mil las personas fallecidas por coronavirus, en función de la data del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef).
Urge, sin embargo, hacer el mismo sinceramiento en las regiones, especialmente en las más “sensibles” como Piura, donde muchos por el solo hecho de no ver militares y policías restringiendo el tráfico en puentes, establecimientos y vías principales; circulan sin mascarilla, asisten y organizar reuniones familiares, reencuentros y fiestas con amigos, sin importarles que lo único que hacen es disparar las cifras. La semana pasada, solo en 24 horas (del 6 al 7 de agosto) se registraron 43 muertos.
Aún falta mucho por conocer sobre el COVID-19, pero si algo hemos aprendido en estos casi cinco meses de pandemia, es que el virus “no perdona” nuestras imprudencias. Mayúsculas acciones irresponsables como la reciente estampida de hinchas de Universitario que sin duda incrementará el contagio en pocos días; o la imparable invasión de ambulantes con crecientes aglomeraciones en los mercados piuranos, solo pueden tener como resultado el incremento de la propagación y que otra vez volvamos al confinamiento, por catastrófico que resulte para nuestro endeble sistema de salud y la ya afectadísima economía.
Es más, la ministra de Salud deslizó la posibilidad de optar por ampliar el horario del toque de queda (iniciarlo antes de las 10 p.m.), al menos en algunos distritos difíciles de Lima, así como volver a la inmovilización total los días domingos.
¿La región volverá a cuarentena dominical o total y a la paralización de actividades? La respuesta la tenemos los piuranos. Al margen de ello, mal haría Mazzetti en caer en el error de los dos anteriores ministros: reducir la estrategia solo a una cuarentena masiva o focalizada, descuidando la detección mediante pruebas moleculares, y abandonando el primer nivel de atención. En Piura urge ampliar la capacidad de atención de pacientes graves instalando plantas de oxígeno y ampliando la cantida de camas; pero también fortelecer los centros de salud, para evitar que los hospitales colapsen. ¿Por qué no se está haciendo?