Mientras los comuneros de Las Bambas hacen lo que quieren con la empresa minera, generando pérdidas de US$ 400 millones al Perú en exportaciones de cobre y más de S/ 220 millones en rentas por la paralización, vandalismo y bloqueos, el caótico gobierno de Pedro Castillo, entretenido con la crisis política, se olvidó de la importancia de la inversión pública y el empleo que esta genera.
A seis meses del 2022, la inversión pública marcha con pies de plomo. En cartera existen cerca de 20 mil millones de soles destinados a obras públicas en los sectores de Educación, Vivienda, Comercio y Salud que no se han tocado aún. Es decir, están allí programados para gastarse en proyectos, pero nadie lo hace. A esto habrá que añadir el pavor de los inversionistas privados a invertir en el país, por la incertidumbre que irradia el gobierno de PL.
El problema las obras detenidas, además, es que el empleo no despega, sobre todo hoy con el anuncio de una crisis alimenticia. Según Ipsos, el 25% de la PEA está hoy desempleada y sin oportunidad laboral. La inestabilidad política y el cambio constante de ministros que duran solo un mes, juegan también en contra del país.
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