En el año 2006, tuve la maravillosa oportunidad de estudiar en una universidad de Londres (Inglaterra) y aprender mucho más, entre otras cosas, sobre el idioma que enseño, su cultura, las costumbres y estilos de vida de su gente.
Una de las experiencias que más me llamó la atención sucedió al estar sentado en los famosos buses rojos de esta cosmopolita ciudad y poder escuchar a tanta gente conversando en diferentes idiomas, no solo en inglés, también en italiano, portugués, alemán, chino, entre otros. En ese momento pensé en lo maravilloso que es el poder del lenguaje y cómo se pueden producir infinidad de sonidos que en otras lenguas tienen mucho significado.
El portal “La mente es maravillosa” explica en uno de sus artículos, que las áreas encargadas del lenguaje no son iguales en todos nosotros pues para el 97% de la población, que es diestra, las áreas del lenguaje se encuentran mayoritariamente distribuidas en el hemisferio izquierdo, al contrario que para las personas zurdas.
Además, nuestro cerebro está hiperespecializado ya que las áreas más próximas a la parte posterior del cráneo, es decir el área de Wernicke, recoge la información procedente de nuestros sentidos para su comprensión. En cambio, la parte más frontal se encarga del control ejecutivo, en este caso, el área de Broca controla la producción del lenguaje.
El lenguaje es una capacidad única del ser humano; el poder hablar hace posible que podamos comunicarnos y expresar todo aquello que sentimos y deseamos, siendo las palabras el mayor vehículo social con el que contamos. Asimismo, es uno de los productos más complejos y acabados del ser humano pues ha creado un sistema amplio, estructurado y elevado de sonidos, signos y símbolos el cual ha permitido hacer un almacenamiento histórico de la cultura.
El aparato fonatorio es sumamente elaborado y por eso es posible producir innumerables fonemas, expresados en las más de 7000 lenguas (según “The Ethnologue: Languages of the Worldque) que se hablan en el mundo.
María Montessori dijo: “El desarrollo del lenguaje es parte del desarrollo de la personalidad ya que las palabras son el medio natural para expresar los pensamientos y establecer el entendimiento entre la gente”.
Se ha descubierto que aprender una segunda lengua es uno de los caminos para proteger el cerebro del deterioro de las neuronas y que las personas bilingües tienen mejor rendimiento cerebral y reducen la posibilidad de desarrollar una demencia.
¡Anímate a mejorar tu memoria y creatividad, estudiando un idioma!