Los políticos peruanos deben de haber aprendido la lección y entender que la sociedad de hoy no es la misma de hace 20 años.
Los jóvenes hoy no son solitarios ni indiferentes como se pensaba, todo lo contrario, son solidarios, están hiper-informados y formas fuertes comunidades en las redes capaces de bajarse, en solo dos horas, las cuentas de Beto Ortiz o del canal de televisión Willax.
Esa tribu digital subestimada hasta ahora, ha logrado lo que nunca antes se pudo: imponer condiciones y exigir legalidad; respeto a la institucionalidad e incluso rechazar a una autoridad, si esta es elegida arbitrariamente. La comunidad de los tiktokers, streamers, gamers, de los lovers, etc, han asumido su condición de ciudadanos; se han hecho carne y hueso en las calles y han dejado sentado cuán grande es su poder.
¿Podrán engañarlos los políticos hoy? Con este poder, seguramente que los malos políticos pensaran dos veces antes de lanzarse a las redes.
Para la tribu digital no hay secretos, todo lo saben y lo viralizan, se enardecen y se solidarizan generando en cuestión de horas reacciones tan potentes como la de tumbarse a un presidente. ¿Necesitan más pruebas de su poder?