Sabemos que el coronavirus no respeta edad, raza, credo ni condición social; sin embargo, resulta ser mal letal en la población de la tercera y cuarta edad por las diversas dolencias crónicas que padece este grupo social.
Italia sustenta la tesis reportado hasta ahora más de 13 mil 900 víctimas desde que llegó la pandemia por allí, la mayoría de la tercera edad.
Por ello, resulta incongruente ver en nuestras calles de Piura a cientos de personas mayores haciendo largas colas para recibir un bono, para cobrar su pensión de jubilación o retirar el CTS, sin considerar que son el grupo de mayor riesgo. ¿No será más prudente establecer horarios especiales, pagos a domicilio o clasificación alfabética para no exponerlos masivamente en las calles?
El cobro de bonos, pagos y retiros en banca y financieras, como se ha podido observar, está atrayendo cientos de personas, constituyendo un riesgo de contagio masivo que no se desea ni en broma en Piura, pues las cinco Unidades de Cuidados Intensivos para el Covid-19 en nuestra ciudad, ya están ocupadas. De darse nuevos casos, habrá que escoger a quién atender y a quien mandarlo a su casa a morir.