Llegó el día. Hoy, 1 millón 396 mil 448 piuranos vuelven a las urnas con una misión, quizás la más importante de los últimos 30 años: elegir presidente; pero esta vez no se trata solo de un nuevo mandatario, sino de decidir si el Perú abraza la vieja y obsoleta ideología izquierdista, marxista, leninista o sigue el modelo democrático del libre mercado, el de las libertades irrestrictas y en donde el trabajo, emprendimiento y el esfuerzo es el camino al éxito y la riqueza.
Este es un día en el que la patria necesita de un gesto de sensatez de sus ciudadanos. No es válido votar con resentimiento hacia los políticos, menos con odio o porque hay ricos y pobres, se trata de escoger el tipo de país que queremos tener al entrar a un tercer siglo de vida independiente.
Es comprensible que muchos se resisten a tomar postura porque ambos candidatos, tras una campaña despiadada de insultos y mentiras, no han colmado sus expectativas, sin embargo, en esta ocasión no se vale ser tibio. O se está con el Perú o contra él. Se escoge la democracia, con todos sus defectos, o se le abre la puerta al socialismo, con los antecedentes que pueden palparse en Cuba o Venezuela.