La EPS Grau es una de las empresas más ineficientes del país. En los últimos años ha disminuido su producción de agua en 20%. Es decir que si antes producía cien litros, ahora produce 80, pero el consumo no baja, por el contrario, se incrementa porque la población crece. El gerente de la empresa, Marco Vargas, sostiene que hace 25 años se producían 1.450 litros por segundo y ahora se llega a 1,250. Hay menos agua para más población.
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¿Por qué esta empresa no puede darnos un buen servicio? En primer lugar, arrastra una millonaria deuda desde hace muchos años, no tiene capacidad de inversión, depende del Proyecto Especial Chira Piura para el abastecimiento y no puede cobrar toda el agua que produce.
Se estima que por lo menos 5 de cada 10 litros que procesa los pierde por usuarios clandestinos, es decir por robo y por deficiencias en la medición y en la conducción.
En este sentido, su mayor problema es la pérdida de su producción. Hasta hoy no ha sido capaz de realizar un gran operativo para detectar las conexiones clandestinas, que están en los asentamientos humanos y en las grandes urbanizaciones. Así las cosas, casi la mitad de los usuarios de Piura, Sullana, Talara, Paita y Chulucanas tienen el servicio, pero no lo pagan. Y, ademas, los clandestinos son los que más agua utilizan, porque como no les cuesta, riegan la calle, lavan los carros, llenan piscinas que usan una tarde, tienen las cañerías malogradas y hasta venden el agua.
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Enfrentar a los clandestinos es una dura tarea, pero se tendrá que hacer. El robo de agua debe ser sancionado como cualquier otro delito, porque al no pagar el servicio se pone en riego a toda la población. Es decir, la empresa no recibe el dinero suficiente para invertir y aumentar la producción, además se afecta el derecho de quienes pagan y, por tanto, merecen un buen servicio. Le costará mucho a quienes están al mando de esta empresa levantarla, porque también tiene problemas administrativos, que no son de ahora.
