Además del retroceso que sufren algunos servicios estatales como la entrega de pasaportes, vacunación, brevetes o entrega de DNI, el país atraviesa un desgobierno peligroso que está causando una desidia preocupante en la inversión pública y privada, y en especial, en la producción de minería que en esta semana, por la ineptitud del gobierno de Pedro Castillo en no resolver los conflictos mineros, descendimos al puesto 42 en cuanto atracción de la inversión.

Es decir, los inversionistas bajo estas circunstancias no quieren invertir en minería en el país; así lo reafirma el Instituto Fraser. La percepción en el sector en los últimos 8 meses es que se ha vuelto potencialmente riesgoso por el incremento de impuestos y porque el Estado mantiene su amenaza de intervenirlo, de allí que se estaría dejando que los conflictos mineros se agraven.

La minería es uno de los sectores más importantes para la recaudación de recursos. Si la minería sigue cayendo, el populismo del gobierno y los programas sociales, así como las obligaciones a sectores como Salud y Educación, podrían reducirse. A este ritmo, es impredecible saber cómo estará Perú a fines de este año.