Es tiempo de pensar, reflexionar y decir las cosas tal como son. Y releyendo al historiador Jorge Basadre y su Promesa de la vida peruana me pregunto hasta cuándo los peruanos podremos acertar en la elección de un ciudadanos probos, preparados, solidarios, gestores, proactivos y conscientes de lo que significa servir al Perú desde el gobierno.
Basadre hablaba de los aportes de la época pre hispánica y de la colonial en nuestra historia, pero afirmaba que la república aportaba la esencia porque, en ella, se podía vivir la democracia, la ciudadanía, el respeto por los derechos y el cumplimiento de los deberes, porque en la república hay participación ciudadana y porque entendía que solo en democracia se puede conseguir el bienestar común para todos los peruanos y porque todos los peruanos con características propias, regionales, sociales y políticas, estamos en el mismo proyecto que es lograr el Perú que todos deseamos, un Perú sano, próspero, fuerte y feliz.
Esa promesa de la vida peruana es la que nos falta disfrutar con autoridades locales, regionales y nacionales que busquen y luchen por lo mejor para el país en este momento de pandemia, de incertidumbre, de preocupación y de desconsuelo. Qué bueno sería vivir en un ambiente de auténtica democracia donde los ciudadanos sean capaces de asumir las responsabilidades que los cargos públicos demandan y sean capaces de asegurarnos elecciones no manipuladas por la demagogia y exentas de candidatos que estén en deuda con la justicia.
El Perú, nuestro amado país, merece todos los esfuerzos que podamos hacer para garantizar esta promesa de la vida peruana, nuestros niños y adolescentes sueñan con ver a sus autoridades dando ejemplo de civismo, de honestidad, de consenso, de respeto por la vida, por la libertad y por la justicia. Y cuando lo vivamos, recién podríamos confirmar lo que sostenía Basadre, efectivamente, solo en la república hemos sido capaces de vivir la esencia de tu promesa de la vida peruana.