Gracias al trabajo de policías honestos y de la inspectoría policial van cayendo en Piura, hasta ahora, 19 agentes involucrados en organizaciones criminales, cohecho pasivo (coima), facilitación del tráfico de drogas y hasta en asaltos con uso de las armas de la institución y el uniforme para camuflarse y cometer fechorías a sus anchas. ¿Cuántos delincuentes más se han infiltrado en las filas policiales?
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Es difícil aventurarse a dar una cifra, pero lo que sí es cierto es que la población ahora no solo debe defenderse de los delincuentes armados, extorsionadores y “cogoteros”… sino también dudar de los efectivos policiales, pues ya no se sabe quién es bueno y quién no. El problema es muy grave porque los delitos pueden ser personales, pero cuando el infractor pertenece a una institución como la PNP, se convierte en un problema institucional.
Y es probable que los problemas no acaben con la detención de un efectivo el último martes, implicado en robos por más de 42 mil soles, pues según el ranking de corrupción policial, Piura figura en un preocupante tercer lugar, motivo suficiente para que los buenos de esta institución prosigan con la depuración de malandrines que alquilan incluso sus armas a los criminales.