Lo que hoy ocurre al interior de Acción Popular, uno de los partidos más tradicionales del país, el mismo que está perdiendo fuerza y representatividad en el legislativo al ser expulsados seis “Niños” por traición al partido, es consecuencia del deterioro paulatino y la falta de renovación de cuadros dirigenciales y militancia del cual adolecen todos los demás partidos políticos en el Perú.

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Parte del problema lo constituye la actual ley de partidos que favorece la atomización del Congreso donde cualquiera puede formar una bancada con solo un requisito: mostrar un padrón de firmas. Lo otro es la falta de filtros y compromiso de los partidarios con el propio partido, sin olvidarnos de la actitud mesiánica de ciertos gremios donde el poder de decisión gira alrededor de un solo líder y su dinero. 

Los partidos necesitan renovarse y por eso es imperativo una nueva ley de partidos, la cual se niegan poner en agenda porque va contra el estatus quo de las propias agrupaciones que han centrado su tarea, no en el bien común de la ciudadanía, sino de los intereses personales de líder (es) que buscan por todos los medios mantenerse en el poder.