Ahora está claro que la crisis desatada que llevó a la renuncia del ministro del Interior, Avelino Guillen, se debe al grosero manoseo que están perpetrando al interior de dos divisiones importantes de la Policía y que tienen que ver con investigaciones a organizaciones criminales, muchas de estas ligadas a integrantes de partidos políticos.
La Diviac, que hasta ahora ha desarrollado decenas de megaoperativos, es una de las divisiones en la mira de políticos corruptos y que desde la llegada de Castillo se apuraron en desmantelarla adrede, pues estaban detrás de las investigaciones de varios integrantes de Perú Libre, como Guillermo Bermejo, Guido Bellido y Vladimir Cerrón a quienes se les vincula con la organización criminal “Los Dinámicos del Centro”.
Muchos cambios han sido silenciosos, incluso a expertos en investigación los han enviado fuera de Lima.
Igual estrategia están empleando en la Dircote. Guillén se dio cuenta de esta maniobra, avalada por el propio Castillo, y por eso renunció dejando en el limbo más de 50 investigaciones a organizaciones criminales en las cuales hay muchos políticos involucrados. Así opera la corrupción.
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