Las benditas fichas que no es otra cosa que un esbozo del proyecto (ni siquiera estudio), las cuales están retrasando la habilitación y prevención.
Los alcaldes neófitos en administración pública no saben ni cómo llenarlas. Los más duchos saben hacerlo, pero carecen de dinero para financiarlas. Las pocas fichas terminadas con éxito ya están en los ministerios y de paso al MEF para su financiamiento, pero a paso de tortuga. Algunas fichas llegan al MEF pero se traban por estar mal hechas; las que pasan, se colocan en la fila de espera… ¿hasta cuándo? Nadie lo sabe.
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Mientras tanto, en la región las pistas siguen con cangrejeras; las trochas intransitables al punto que los conductores han hecho su propia trocha paralela para evitar los huecos. En la ciudad, las cuencas siguen allí, las carreteras intransitables, maleza… y ni siquiera hay dinero para fumigar colegios y universidades, mientras cientos de estudiantes son víctimas del dengue. Así estamos hoy.