El último sondeo de CPI deja mal parada a Dina Boluarte y su gestión, convirtiéndola en la mandataria con mayor desaprobación en las últimas décadas; al igual que el Congreso con un pobre 5,4% de aprobación, lo cual lleva a los analistas políticos a cuestionar la legitimidad del poder que ejercen los titulares de dos de los poderes más importantes en el país: el legislativo y ejecutivo.
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El presidente que más se le acerca en desaprobación a Boluarte es Alejandro Toledo que terminó su mandato con 79% de desaprobación. Le siguió Ollanta Humala con 75,1%; mientras que Dina se corona con un 84,3% de desaprobación; tan solo el 10% de los peruanos a nivel nacional la pasa. Hasta Pedro Castillo le gana, pues terminó con 15% de aprobación.
Entre las razones que dan los peruanos que no comulgan con las acciones de Dina y del Congreso están la inestabilidad económica; porque no hacen nada o son incapaces para el cargo; el tema de la inseguridad resalta entre los motivos para jalar a la mandataria, mientras que con el Congreso es la corrupción, el tráfico de influencias y las normas en beneficio propio lo que genera el rechazo de los peruanos.
