Vladimir Cerrón, el padre político y responsable de que Pedro Castillo asumiera la presidencia de la República, se va preso 3 años y seis meses, al hallarse culpabilidad en el caso aeródromo de Wanka, cuando era gobernador de Junín. El secretario de Perú Libre tiene un amplio prontuario de investigaciones por corrupción y colusión, tanto así que en el año 2019 cumplió prisión efectiva.
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Y lo que era de esperarse: tras conocerse el fallo, la bancada de PL armó tremendo show público, calificando la decisión judicial de persecución política contra su líder, argumentando que es una sentencia abusiva y que la finalidad de todo ello (culpan a la derecha) era anular políticamente a Cerrón quien se alistaba para ser candidato presidencial en el 2026.
Cerrón, en efecto, a través de PL se ha había encaramado en el poder como líder de la izquierda dentro del Congreso y hasta se había dado el lujo de negociar normas legislativas y apoyar la designación de personajes cuestionables en cargos de importancia como la Defensoría del Pueblo. Cerrón ya probó el poder político y, aún en prisión, seguirá manipulando los hilos de PL y en busca de otro Pedro Castillo para el 2026.
