Con esto de la pandemia, muchos piuranos viven aterrorizados en sus casas, mientras quienes son víctimas del Covid-19 buscan alivio y esperanza en un hospital que sin equipos médicos, sin personal que se abastezca para tanta demanda, están ya en situación de colapso.
Allí los médicos que sobreviven a la oleada de infectados tienen ahora que decidir a quién ayudar y a quien solo darle un analgésico.
Y mientras este es el panorama diario en el hospital Santa Rosa, designado para pacientes de coronavirus, los funcionarios regionales a cargo de enfrentar la pandemia; de las cotizaciones y compras, en vez de preocuparse por esos médicos y pacientes que mendigan una atención, dedican su sapiencia en las malas artes de la sobrevaloración y el arreglo, para hacerse de un botín millonario con compra de ventiladores y
monitores.
No hay calificativo para una acción de esta naturaleza, por lo que hace bien la procuradora del MP el iniciar una investigación sobre las sospechosas compras escandalosamente sobrevaloradas. No sabemos ahora con qué saldrán los funcionarios del Gore, pero de ser culpables deberían ser drásticamente sancionados.
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