Es indudable que la pandemia ha traído como consecuencia cambios en las empresas y los clientes. Nuestras costumbres se han visto alteradas a la fuerza, tanto que los negocios que venden a través del comercio electrónico no han podido atender la demanda inesperada, con la consecuente ola de reclamos.
Parece que nos hallamos ante una tormenta perfecta, pero también existe un salvavidas, ¡y no es otro que la innovación! Ella nos permite: impulsar el crecimiento económico, incrementar los niveles de bienestar y desarrollar la sociedad. Al aplicarse sobre productos y servicios existentes, produce una brecha estratégica y extiende el ciclo de vida del producto, ya que incorpora novedades que evitan entrar en fase de declive.
Si parece que la receta está escrita, ¿por qué a algunas empresas les cuesta tanto incorporar la innovación como parte de su organización? Porque, para hacer frente a este reto, necesitamos una mezcla de Iron Man, Charles Xavier y una Escuela para Jóvenes con Talento como la que dirige el líder de los X-Men. Las empresas tienen que ponerse trajes como los de Iron Man, que les permitan tener herramientas para hallar oportunidades, solucionar problemas y llevar adelante proyectos de forma eficiente.
Cada arma que posee Iron Man es como una herramienta o metodología para la innovación. ¿Bastará acaso con ponernos las mejores armaduras? La respuesta es no: ya está demostrado que no basta. De hecho, ha sido parte de los errores de muchas empresas pensar que poner al equipo a aprender una o más herramientas o metodologías hará que la empresa goce plenamente de los beneficios de la innovación.
Para lograr verdaderos resultados, hacen falta, por lo menos, dos elementos más:
1. Líderes innovadores. No solo jefes, sino líderes, personas que inspiren, guíen, participen y motiven a los equipos a desarrollar con entusiasmo productos y servicios que ayuden a las empresas a enfrentar el escenario con éxito. Es un punto muy complejo, ya que necesitamos a los Charles Xavier de turno, quienes, como en las películas de X-Men, lideren, aglutinen, motiven, desarrollen y hagan crecer a los equipos. Pregúntense ustedes: ¿tienen a los Charles Xavier en sus empresas? Es probable que ya tengan a algunas personas con herramientas como Iron Man, ¿y los Charles Xavier?
2. Escuela de jóvenes con talento. Necesitamos una igual que la de X-Men. Para quienes no han visto las películas, en esta escuela se permite experimentar, aprender, echar a perder como parte de un proceso de aprendizaje y mejora. Los alumnos tienen coaches que sacan lo mejor de ellos hasta convertirlos en unos X-Men. Ahora los animo a preguntarse: ¿se parece nuestra empresa a la escuela de Charles Xavier? ¿Tenemos una cultura innovadora que inspira y motiva a experimentar e innovar.