El ciclón Yacu, que está causando estragos, inundaciones y ‘embarradas’ en todo el país, desnudó la incapacidad crónica de las autoridades para ejecutar obras y también la nula preparación para enfrentar fenómenos lluviosos que, debido al evidente calentamiento global, serán en el futuro tan iguales o mucho más intensas que ahora; sin considerar un Niño.
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Aquí en Piura, por ejemplo, siguen usando el asfalto (empobrecido) para hacer pistas que al primer remojó desaparecen, como en el casco urbano. Incluso, ni siquiera se considera el drenaje pluvial como ocurre en la Av. José Aguilar. Es decir, nuestros técnicos y proyectistas siguen pensando que aquí todo el año es seco, sin advertir que cada año las precipitaciones serán mucho más intensas y destructivas.
Tras las lluvias y los incontables “informes técnicos” de daños que aparecerán, se harán propuestas y presupuestos fantasmas, pero es seguro que seguirán tercamente en el negacionismo de no evaluar el impacto climático en las inversiones del Estado. Solo se acordarán cuando los puentes caigan, las defensas ribereñas cedan al ímpetu del río o las pistas de desboronen, como ocurre hoy.
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